"Lo siento, Lahey, pero soy más una persona de gatos."
Vera Pérez no es ajena a lo sobrenatural. Crecer junto a la familia Hale la ha mantenido bastante bien informada sobre las criaturas que acechan en la oscuridad. Sin embargo, no se convirtió en...
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(desatado previamente, parte ii)
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EL MOTOR RUGUE y envía un escalofrío a todo el cuerpo de Vera. Sonríe tan ampliamente que está segura de que sus mejillas podrían partirse por la mitad. Sus ojos se cierran, lo que le permite disfrutar de este momento que ha estado esperando tanto tiempo. Una meta que le habían dicho una y otra vez nunca fue alcanzable y, sin embargo, lo había logrado a través de su propio trabajo duro y perseverancia.
Vera finalmente consiguió su motocicleta.
"¡Enferma!" Dominic aplaude, levantando su teléfono para tomarle fotos como un padre orgulloso. "Te ves tan ruda. Por favor arrástrame."
Ella pone los ojos en blanco pero burlonamente acelera el motor, lo que hace que él salte de miedo. Ayer, había pasado toda la tarde paseando suficientes perros para finalmente recolectar suficientes fondos para comprar la bicicleta que había elegido durante meses. Ya tiene su permiso de motocicleta, por lo que puede comenzar a conducir de inmediato.
Vera ha querido una motocicleta desde que era pequeña. A la edad de cinco años, había visto Ride with the Wind con su padre y había insistido en que algún día tendría una bicicleta propia. Inmediatamente se sintió intrigada por los artilugios, fantaseando con el viento en su cabello y la sensación de la brisa abierta. Su padre no le había creído cuando le dijo su deseo de tener una; había asumido que era solo una fantasía infantil que ella olvidaría en unos días.
Pero ella nunca lo había olvidado. Y ahora que su papá ya no está aquí, Vera se encuentra cerrando los ojos y pensando: Mírame, Pai. Finalmente lo logré.
"Estoy enviando estos en el chat de mi grupo familiar", le informa Dom mientras teclea en su teléfono. "Ellos estarán tan felices por ti".
Vera siente un pellizco en su corazón ante la mención de la familia. Los condados siempre han estado inmensamente unidos: Dom es el segundo mayor, nacido tres años después de su hermana Vanessa. Sus padres habían esperado cuatro años antes de tener a Grayson, y cinco más antes de la menor, Maeve, que tiene ocho años. Nunca ha habido un momento en el que Vera haya dudado del amor de Dom por sus hermanos. Las diferencias en sus edades han disminuido la cantidad de peleas genuinas entre ellos, aunque todavía tienen disputas sobre quién se queda con el control remoto del televisor o quién se comió la última galleta.
