"Lo siento, Lahey, pero soy más una persona de gatos."
Vera Pérez no es ajena a lo sobrenatural. Crecer junto a la familia Hale la ha mantenido bastante bien informada sobre las criaturas que acechan en la oscuridad. Sin embargo, no se convirtió en...
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(deshilachado, pt. ii)
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"¡DEREK!" VERA llora, el estómago le duele tanto por la tensión como por las risitas mientras la sostiene boca abajo. Sus manos sostienen sus piernas que están envueltas alrededor de su cintura, sus cortos mechones de cabello casi rozan el piso. La risa estalla de su boca. Su mano resiste el tirón de la gravedad y descansa sobre su estómago dolorido, pero pronto cae víctima de la fuerza siempre insistente y vuelve a caer junto a su cabeza. "¡Bájame!"
"No." dice Derek con una sonrisa en su voz, balanceándola juguetonamente de un lado a otro para que se ría aún más. "Desconectaste mi Playstation y me hiciste perder mi progreso. Esto es lo que obtienes."
A los quince, Derek ha aprovechado todas las oportunidades para mostrar su fuerza a todos. Le ha dado por dar portazos mucho más fuerte de lo necesario y levantar objetos pesados solo porque puede. A veces eso significa levantar el sofá cuando Cora y Vera están tratando de ver televisión y luego sacudirlo hasta que se caigan. Vera, de nueve años, no ve la importancia de tan triviales demostraciones de fuerza y ha decidido molestarlo de todas las formas posibles.
Esta vez, había salido por la culata. Después de que Vera desconectó la Playstation, tuvo aproximadamente tres segundos para comenzar a correr antes de que Derek la persiguiera. La derrota había llegado con demasiada facilidad. Vera siempre ha sido baja, lo que le dificulta huir de las extremidades en rápido crecimiento y la velocidad sobrenatural de su hermano.
Una serie de pasos hace que Derek se gire hacia la fuente, haciendo que los colores de la cocina se arremolinaran en la visión de Vera mientras se mueve con él. Sus ojos se encuentran con un familiar par de botas negras caras. Sabiendo de inmediato quién es sin tener que mirarlos a la cara, Vera extiende los brazos hacia la persona y suplica salvación.
"¡Tío Peter!" exclama alegremente, esperando que le diga a Derek que la deje. Su tío favorito siempre ha hablado a su favor cuando los otros niños Hale la molestan. "¡Ayúdame!"
"Bájala, Derek." ordena exasperado el tío Peter. Tiene las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta de cuero, el cabello castaño oscuro se aleja de su rostro. Siempre ha sido genial sin esfuerzo; es una de las cosas que Vera admira de él. Cuando su sobrino duda, sus ojos celestes se endurecen. "Ahora. Antes de que toda la sangre se le suba a la cabeza y la tengas desmayándose."
