Quédate

8.1K 576 12
                                    

Caminó decidido hacia mí. Parecía como si hubiéramos quedado en una cita y él acabase de llegar. Mis piernas temblaron en ese momento haciéndome sentir por completo debilitada. Se quedó parado frente a mí mirándome fijamente.

−Hola –dijo sin mas

El coraje subió hasta mis mejillas y mis manos formaron dos puños perfectamente apretados. ¿Hola?. Esa era su gran frase. Solté un poco mi mano derecha y con toda la fuerza que pude le propicie una bofetada en la cara que hizo callar a todos los presentes.

−Hola ¡Hola! ¿Esa es la gran frase que se te ha ocurrido? ¡Hola!

−¿Cómo estás? –agregó mientras masajeaba su mejilla que se había puesto un poco roja

−Ay por el ángel lo siento –dije avergonzada por haberlo lastimado, pero entonces mi coraje volvió− ¡No, olvídalo, no lo siento eres un idiota!

Comencé al golpearlo mientras mis lágrimas volvían a salir. Él atrapo mis brazos y me atrajo hacia sí sin pensarlo mucho. Me abrazo tan fuerte que sentí de pronto que volvía a estar completa.

−Maldita sea Grace, no importa cuánto intente alejarme de ti, de una manera u otra vuelves a parecerte en mi vida

−¿Tanto me odias que quieres alejarte de mí? –hable contra su pecho

−Tanto te amo que tuve que hacerlo

−Te odio –dije

−No Grace, has todo menos eso

−Theo, la sala esta libre –escuche decir a Fisher

−Gracias

Theo me tomo del brazo y juntos nos dirigimos hacia una puerta. Efectivamente había una sala detrás de ella. Entramos y él cerró la puerta detrás de nosotros. Me deje caer en el sofá mientras que él permaneció de pie sin decir ni una sola palabra solo mirándome con una sonrisa.

−Deja de sonreír –dije realmente molesta

−No tienes idea de lo feliz que estoy de verte

−Siento no poder decir lo mismo

−¿Ya has dejado de amarme acaso?
No respondí. Pero por supuesto que no había dejado de hacerlo. No por algo había permanecido dos años completamente soltera, claro agregando que mi trabajo complicaba cualquier tipo de relación sentimental con alguien.

−¿Qué hacías apuntándome con una pistola Grace?

Trague saliva.

−Mi trabajo

−¿Tu trabajo? –pregunto en tono confirmativo

−Mi trabajo –confirme

−¿Por qué tú trabajo requiere de un arma Grace? –pregunto enfadado

−No tienes el mínimo derecho a estar molesto conmigo –espeté− Trabajo para la ASI ahora, soy agente, recientemente subí a rango dos, trabajo en casos especiales y mi compañero es Mike, Emma se encarga de las investigaciones y el papeleo y David… realmente no sé qué haga pero a veces ayuda

Él me miro sereno.

−Es broma ¿Cierto?

−Ninguna broma

−¡Maldita sea Grace me fui pensando en que me harías caso y te mantendrías a salvo! –explotó

−¡Pues estoy muy feliz de no haberte hecho caso, no hubiese tenido sentido, tú no estás muerto!

−¡Me fui para que estuvieras a salvo!
−¡Me dejaste sola carajo! –lloré de nuevo, odiaba eso, había pasado mucho tiempo desde que había llorado y ahora pasaba seguido− ¡¿Jamás te quedo claro que no necesitaba que te fueras para estar a salvo?! ¡Estar contigo era la única manera de estarlo!

La persona correcta 3 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora