Encuentros

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Se detuvo sobre una puerta de metal que estaba en el suelo. Se hincó para abrirla, al hacerlo puede escuchar los llantos y lamentos de todos ahí abajo.

−Salgan -les dijo Max− Los que pueda - se rio como loco

Comencé a bajar las escaleras. El olor era espantoso. No solo olía a suciedad y a humedad. Logre mirar un interruptor y encendí la luz. En una esquina, siete agentes entre hombres y mujeres estaban recargados en la pared, los demás estaban en el suelo. Sin vida.

−¿Están bien?

−Theo -dijo una de ellas. Ema− Has venido por nosotros

Alcé mi vista asegurándome que Max no estuviera a la vista. Me acerqué de inmediato a Emma.

−Escucha Emma, tiene que salir de aquí, no puedo ir con ustedes, salgan y caminen por la avenida principal, a tan solo unas cuadras están todos, los esperan

Ella me miró asustada.

−¿Por qué vas a quedarte?

−Por... eso no importa, váyanse ya

Los demás comenzaron a moverse pero ella seguía mirándome.

−No me voy sin ti -dijo− Tienes que volver, volver con Grace ella te necesita

−Lo sé pero por ahora no puedo, Emma tienes que irte

Ella asintió.

−Gracias -dijo después− Volveremos por ti

−No lo hagan, no tan pronto, esperen un poco

−No esperaremos más de un día

Ella me dio un breve a brazo y salió detrás de los otros del lugar. Escuché a Max bajar las escaleras inmediatamente después de que ellos se fueron.

−Siempre has sido un idiota Theo, mira que dar tu vida por esos imbéciles

−Al menos estoy tranquilo

−¿Cómo puedes?, ¡Mataste a tu hermano! ¿Lo olvidas?

−No, y no me arrepiento de ello, él no era mi hermano

Max puso en puños sus manos.

−Por sus venas corría mi sangre

−Eso por desgracia es cierto, pero él no era mi hermano

−Así como yo no soy tu padre ¿No?

−Exactamente

−Te vas unos días y vuelves tan altanero, será mejor que te castigue por ello

Su brazo se alzó de nuevo en dirección a mí. Por un momento no iba a moverme, el pánico de se apoderó de mí. Pero no iba a dejar que se imbécil me pusiera una mano encima de nuevo. Lo empujé lejos y cayó de espaldas al suelo.

−¡No te atrevas a tocarme! -le grite furioso

Entonces justo cuando él iba a sobre mí de nuevo, unos disparos arriba llamarón mi atención. Él me miro, ahora estaba entre subir o golpearme. Eligió la primera para mi maldita suerte. Corrí detrás de él y lo que vi me sorprendí. Los agentes de la ASI estaban ahí, tenían esposados a la mayoría de los hombres de Max. Quise entonces ver su reacción pero fue demasiado tarde. Él había escapado ya.

−¡Maldición!

−Ahora esta solo -dijo Mike que se acercó a mí− Será más fácil atraparlo

−No creas eso, Max tiene contactos, armará todo de nuevo

−Pero eso le va a tomar tiempo

−Debí matarlo

La persona correcta 3 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora