El DVD

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Llegamos al pequeño barrio donde la farmacia se encontraba después de casi una hora de camino. Mike estaba desesperado.

−Esta vez no va a escapar –dijo

−Pues tendremos que ser muy precavidos

−Grace, no puedes quedarte como estatua congelada como la última vez

−Solo una cosa, no pienso dispararle

−¿Qué tal uno en la pierna? Son tu especialidad

−Por ningún motivo sería capaz de dispararle ¿Me entiendes?

Su sonrisa se hizo ancha.

−¿Qué?

−Aun lo amas –me dijo dándome un codazo en el brazo

−No sea infantil ¿Ok?

−Pero tengo razón ¿Cierto?

−Mike, no hablemos de eso que en realidad no tiene importancia

−Claro que la tiene Grace

−Mike –le dije mientras señala por la ventana, la misma camioneta del otro día se había aparcado enfrente de la farmacia. Mis piernas temblaron. Sentí que mi respiración se ponía más agitada

−¿Vamos? –me preguntó Mike

Solo logré asentir. Ambos salimos del auto y nos dirigimos de lo más normal al establecimiento. Mike entro primero y yo me quede detrás mientras les ordenaba a algunas personas que salieran del lugar. Una vez vacío todo comenzó.

−Será mejor que ambos se aparten del mostrador en este momento

Él chico del otro lado del mostrador levantó las manos al ver que ambos apuntábamos hacia ellos. Por otro lado el de enfrente solo se giró asustado. No era Theo quien estaba entregando la droga ese día. Si no un pequeño chico que parecía estar a punto de hacerse en los pantalones.

−Por favor, no quiero morir

Mike soltó una risa y yo solo suspire aliviada de que no estuviésemos ante Theo, el asunto era malo y bueno al mismo tiempo. Mike se acercó al chico del mostrador mientras que yo tome en custodia al otro. Los subimos al auto y partimos de inmediato a la ASI.

En el interrogatorio no encontramos nada nuevo, el tipo confesó trabajar para Daniel y Max pero cuando le pedimos que nos dijera donde podíamos encontrarlos se negó a hacerlo y prefirió quedarse encerrado.

−Las cosas no funcionaran si no llegamos a Daniel y a Max cuanto antes –le dije a Mike

−David es nuestra única esperanza… o Theo

−Dudo mucho que encontremos a Theo

−Quizá lo hagamos

−Mike… olvídalo, tenemos que hacer esto nosotros

−¿Qué no quieres que vuelva? –me preguntó claramente confundido

−Bueno si, ¿Pero qué tal si él no quiere volver aquí?

−Eso no es posible

−¿Por qué estás tan seguro?

−Porque al igual que yo él amaba estar aquí –me dijo en un tono desesperado

−¿Cómo por qué dices eso?

−Cuando quise irme, aquel día que en que Theo me convenció de que cambiara mi actitud me lo dijo, me contó cómo fue que llegó aquí, como fue que este lugar prácticamente salvo su vida, sin la ASI, Theo hubiese terminado muerto en algún lugar, Grace, no conocemos las razones por las que Theo esté trabajando para su padre ahora, pero seguramente si lo hacemos entrar en razón

La persona correcta 3 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora