Capítulo 10

706 43 13
                                    

—¡Dalia!— Exclama Sean nada más verme. Se acerca a mí y me da un abrazo, huele a una mezcla de perfume de hombre con grasa para motores.

Dime por favor que estas pensando lo mismo que yo y no estoy paranoica.

—Me alegro de verte— Sonrío sincera— Sean, Trevor, Trevor, Sean— Los presento.

*Si ya se conocen*

Eso no lo sabemos aún, es una hipótesis

*Si tu lo dices...*

—Esto... Hola— Saluda mi amigo un poco confuso.

Sean por alguna razón que desconozco no se percató de la presencia de mi amigo, por lo que al verlo se quedó perplejo unos segundos.

Cosa que resolvió cualquier duda que tenía al respecto, Sean es Ian.

Mi pregunta aquí es ¿Porqué le mentiría con el nombre?

—Hola— Le devuelve el saludo, guiñándole un ojo— Ya nos conocemos.

—Yo conocí a Ian, no a Seam—Trevor levanta una ceja.

Evidentemente está molesto, más le vale tener una excusa bastante convincente para ganarse la confianza de mi amigo de nuevo.

—Sobre eso…— Suspira apenado— No era mi intención mentirte— Parece sincero.

—¡Pero mira a quien tenemos aquí!— Exclama burlón Hades— ¿No dijiste de no vernos más?.

Genial, el que faltaba.

—Vete a la mierda— Le sonrío dulcemente.

—Trevor ¿Podemos hablar por favor?— Pide Sean.

Se hace el duro, pero al final acaba cediendo.

A pesar de suplicarle con la mirada para que no se fuera, lo hizo, vaya amigo tengo, me las pagarás.

Aunque pensándolo mejor tanto el como Elena no saben nada de lo que me pasó el día de la fiesta, ya que ayer no me dio tiempo a contárselo, nos quedamos hablando hasta las tantas sobre Trevor y su flechazo, pero conociéndolo me hubiese dejado sola igual.

*Tener amigos así da gusto*

Que sarcastica eres

*Formo parte de ti ¿Recuerdas?*

Inmediatamente se creó un silencio incómodo en cuanto me quede a solas con Hades, preferiría estar ahora mismo tirándome en paracaídas y eso que tengo miedo a las alturas, antes de estar aquí con él.

Hades me escudriña atentamente poniéndome algo nerviosa, hay algo en su mirada que hace que se te erice cada pelo de tu piel

Algo prohibido, peligroso y tentador.

—¿Me vas a decir en que puedo ayudarte o te vas a quedar ahí cogiendo polvo?— Pregunta con desdén.

—¿Y tú me vas a tratar con amabilidad o tengo que poner una hoja de reclamaciones?— Le desafío con la mirada.

Hades prefirió no decir nada, buena elección

—Eso pensaba— Sonrío triunfante— Vine para una revisión, tiene que pasar la ITV dentro de unos días.

Amablemente me pide las llaves del coche porque las necesita para enchufar la máquina de diagnóstico a la centralita, es un aparato pequeño que se conecta al coche y mediante Bluetooth manda los datos a un ordenador o algo así me ha explicado.

El peligro que conllevas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora