Capítulo 11

586 30 11
                                    

Llevo desde ayer dándole vueltas a lo que ocurrió en el taller, él me dijo que no estaba metido en malos rollos ¿No?
Tal que así... no fue, pero en teoría aquella noche en la que nos conocimos solo huía de un marido enfurecido, la única explicación que encuentro es que me ha mentido.

*Puede que si sea verdad*

O puede que no

*Te quedarás con la duda*

Todo toma sentido si te paras a pensar, por unos breves segundos, hay espacios en blanco donde falta información esencial, pero por lo demás los sucesos encajan: La huida, la vez que llamé a la poli, la discoteca en un centro comercial abandonado y la droga ¿Cómo la llamó Hope? ¿Baño de vapor? ¿De gas? Ni me acuerdo.

Mires por donde lo mires siempre acabas llegando a la misma conclusión y es que Hades conlleva peligro.

No sé como me las voy a ingeniar para destapar todos los misterios que oculta "El señorito asalta coches" pero lo haré.

*Céntrate y deja de fantasear, pobre abuelita*

¿Pobre abuelita? No entiendo...

¡MIERDA!

Rápidamente saco el enema del agujero erróneo, si, le había mentido el pipote por la vagina en vez del conducto anal, eso me pasa por perderme en mis pensamientos y no estar atenta a mi trabajo.

Una vez que aplico el enema correctamente, le pongo un pañal, la acomodo en una posición cómoda y salgo de la habitación.

Mi turno por hoy, ha acabado por lo que escribo en el libro de incidencias que le he aplicado un enema a la mujer de la habitación 15, para que así quien esté de tardes sepa que la tienen que limpiar en cuanto haga efecto.

Hoy he quedado con James, mi ex, sé que no debería, pero ya ha pasado mucho tiempo desde que lo dejamos, lo tengo más que superado. Elena casi me arranca la cabeza cuando le dije que acepté salir con él, solo vamos a tomar café.

Según ella no se puede ser amiga de un ex, pero no estoy del todo de acuerdo con eso, si el motivo de la ruptura ni es relativamente malo ¿Porqué no?

En nuestro caso fué que en teoría el ya no sentía lo mismo por mí, me aseguro y perjuro que no había nadie más y en ningún momento me mintió, simplemente ya no era lo mismo. Lo pasé realmente mal, pero dentro de lo que cabe, cortamos por lo sano y sin rencores.

En cuanto llego a casa como junto a mis abuelos, hoy hay pizza, a la yaya no le apetecía cocinar. Una vez recogida la mesa y fregar los pocos platos que había, me ducho, no sé muy bien qué ponerme por lo que llamo a Elena.

—Basique et simple— Me dice en un perfecto francés.

—Claro, ya si eso voy en chándal— Ruedo los ojos.

—No te vas de boda Dalia— Decreta.

—Ya, pero...— Alargo la última palabra.

—¡Que es tu ex, no un buenorro de Tinder!— Exclama ofuscada.

—Vale, vale tampoco te pongas así— Resoplo— ¿Te parece bien unos Jeans, un top básico blanco de tirantes y un cárdigan verde?

El peligro que conllevas Место, где живут истории. Откройте их для себя