Capítulo 13

562 40 9
                                    

¿Sabéis cuál es el problema de ser lector? Querer ser el prota.

Pista: Ni en mis mejores sueños.

¡Niña espabila! No vives en un libro, esto es la vida real y eso de andar de detective para averiguar cosas turbias de alguien, no suele salir bien.

Además, no me voy a presentar en el taller así porque sí, resultaría muy sospechoso ¿No?

*Ni se te ocurra hacer lo que estás pensando, no es buena idea*

¿Qué dices? Sí es perfecto

*¿En serio quieres meter a Trevor en todo esto?*

Es el aliado ideal

Todo detective tiene a un compinche, por ejemplo Sherlock Holmes tenía a Watson y yo por suerte lo tengo a él.

Trevor puede sacar información a Sean, no sé como, pero fijo que se las ingenia. Tengo que hablar con él, ahora, en cuanto lo vea.

Nos vamos de acampada el fin de semana.

Elena, por lo pronto ha acabado los exámenes, Trevor no tiene problema a la hora de faltar al curro, sin embargo, yo he tenido que hacer unos trapicheos con el cuadrante para poder ir y es que por nada en el mundo me lo iba a perder.

No vamos solos, invitamos a Noah, Hope, Dylan y James, este último estuvimos debatiendo en sí decirle o no, ya que después de aquella tarde no he vuelto a quedar con él, no hago más que ponerle excusas.

Al final, tras pensarlo mucho, accedimos. Siempre se ha dicho que cuantas más personas mejor ¿No?

A todo esto... llego tarde, me van a matar ¿Quién se quedó dormida? Efectivamente, yo y es que a mí, en la vida solo se me dan bien tres cosas: Comer, dormir y ser un desastre, no doy para más.

Entiéndelo, ten un poquito de empatía ¿Crees que me gusta ser así? Pues sí, pero es algo que debe quedarse entre tú y yo.

Por otro lado, el sentimiento de que me observan no ha desaparecido en toda la semana y ya me está empezando a dar miedo. Hace dos días fui al supermercado con mi abuela y al salir del coche escuché como un disparo de una cámara.

¿Sería una paranoia pensar que me estuvieron echando fotos?

—Disculpe— Me habla una señora mayor, que por cierto casi me mata del susto en mitad de la calle— Debe venir conmigo— La miro extrañada.

—¿Se encuentra bien?— Pregunto confundida— ¿Necesita ayuda?

—Tienes que acompañarme— Se gira y echa a andar.

—Lo siento, pero no voy a ningún lado con usted— Para de andar y se gira.

—Debo llevarla con él— Esto me está dando ya mal rollo.

De pronto por el rabillo del ojo veo que alguien pasa por mi lado, agarra mi brazo con fuerza y firmeza llevándome a rastras.

Entro en pánico, comienzo a chillar como loca, pero rápidamente tapa mi boca mientras me manda a callar y es ahí cuando me tranquilizo, le reconozco, es Hades.

El peligro que conllevas Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt