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Esta tenía que ser una de las mejores noches de mi vida, incluso sabiendo que probablemente sería la única ocasión en que esto sucedería, me repetía una y otra vez que tenía que disfrutar de estos momentos tan únicos.

A pesar de que habíamos llegado al club en el auto de Ashton, Luke y yo salimos de dicho lugar tomados de la mano y nos montamos a una camioneta negra bastante ostentosa que nos llevó directo a la casa del castaño. No tenía ni idea de dónde había salido el conductor o quién lo había pedido.

En el camino, me fue bastante complicado asimilar todo lo que pasaba. Luke me besaba de una manera tan suave que me hacía derretirme por completo entre sus brazos. No eran besos subidos de tono, eran besos tan suaves y delicados que me erizaban la piel.

Una vez que llegamos a la imponente casa de Ashton, me preparé mentalmente para cualquier cosa que pudiera pasar. Estaba nerviosa, no estaba preparada para esto pero tampoco podía dejar pasar esta experiencia sabiendo que era poco probable que se repitiera.

Luke cerró la puerta detrás de él una vez que ingresamos a la casa silenciosa, sabía en su mirada que probablemente estaba un poco ebrio por lo que inmediatamente supe que si está noche terminaba en su cama, sería a causa del alcohol y no de algo más.

—Voy a preparar unas margaritas ¿Quieres? —Me ofreció. Su mano acomodó mi cabello detrás de mi oreja y yo incline el rostro queriendo buscar el contacto con el piel, mordí mi labio.

—Si —Respondí. —Iré al sanitario un momento.

—Vale —Ambas manos tomaron mi rostro e impactó sus labios en los míos con un fugaz beso. Las piernas me temblaron.

Se alejó de mí y pude soltar el aire que ha la acumulado en mis pulmones. Mierda. Caminé hacia el pasillo lateral de la casa y entré al sanitario. Encendí las luces viendo en el espejo mi desastrosa imagen. El cabello un poco revuelto, tenía los labios un poco hinchados y por inercia los toqué suavemente con mis dedos.

Cerré los ojos visualizando en mi mente la sensación que había experimentado cuando Luke me besaba. Mierda. Estaba cayendo demasiado rápido ante él. No quería verme fácil, no quería ser una más en la lista, pero mierda, no quería dejar pasar esto. Me odiaba. 

Después de liberar un poco mi vejiga por tanto líquido que había tomado durante la noche, lavé mis manos, me refresqué lo suficiente sin arruinar el poco maquillaje que tenía e hice respiraciones profundas antes de salir. Me aseguré de que no me veía tan mierda como usualmente lucía y finalmente salí del baño. 

Divisé al rubio en la barra de la cocina con una rede de limones, algunos vasos altos de vidrio, una botella de tequila y un cubo con hielo. Sonreí viendo lo concentrado que se miraba preparando todo. Llegué a su lado, me dedicó una sonrisa grande y no pude evitar sentir un vuelco en mi estómago. 

—¿Quieres poner algo de música? —Pregunta mientras exprime un limón en el vaso de vidrio para después verter tequila sin realmente pensar en la cantidad correcta. 

—Claro que por supuesto que sí —Camino al mueble en donde Ashton tiene un sistema de sonido en el que siempre coloca música. Luke suelta una risilla y yo me dedico a encender el aparato y sacar mi celular del bolso. 

Unos minutos más tarde Rest My Chemestry de Interpol inunda en la casa, cierro los ojos dejándome llevar por la música, mis oídos buscaban música un poco más tranquila que la que había en el club. Regresé junto a Luke quien mezclaba el liquido en el vaso para finalmente extenderlo hacia mi. Lo tomé pasando mi mirada de este hasta el rubio que me miraba con las cejas alzadas esperando a probar su recién hecha bebida. 

𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐈𝐂𝐈𝐓𝐘 - 𝐋𝐑𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora