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Mantenía mi celular junto a mi más que nunca en la vida al pendiente de cualquier mensaje que él pudiera mandar. Mi corazón se aceleraba ante la idea de verlo ahora sabiendo que ya teníamos una etiqueta definida, ya no solamente estábamos saliendo para ver qué pasaba.

Realmente estábamos en una relación y por más cómico que sonara, Luke diciéndome que fuera su novia por videollamada había sido totalmente real y ahora llegaba la hora de verlo de frente. Una buena anécdota para contar definitivamente, que el chico que te gusta te pida ser su novia de esa manera es... Extraño.

—¿Pero nos va a llevar a casa o solo viene a secuestrarte? —Rodé los ojos sacando la pequeña maleta del compartimento sobre nuestras cabezas en el avión, habíamos aterrizado en L.A  hace unos minutos y ya la gente comenzaba a movilizarse.

—La verdad no sé Fernando, solo dijo que iba a venir a recibirme —Dejé caer el bolso sobre el asiento y esperamos a que el avión se vaciara un poco.

—¿Realmente ya están saliendo o estás fantaseando como lo haces con Alex Turner? —Me giré a verlo con cara de situación, soltó una carcajada y lo golpeé en el hombro.

—Eres un tonto y si, es real, es oficial ya —Alzó las cejas haciendo caras graciosas y rodé de nuevo los ojos. Observé la pantalla de mi celular observando la hora. Cada minuto que avanzaba era uno menos para verlo y estaba muriendo lentamente.

Cuando finalmente salimos del avión y salimos a la sala de espera mi vista viajó por el lugar en busca del chico que estaba robando mis suspiros. Estaba desesperada, todas las noches para mí y días para él hablábamos de lo mucho que deseábamos vernos.

Él había regresado a L.A dos días antes que yo, así que gracias a eso es que él me iba a recibir justo ahora.

Y entonces lo vi, sostenía un ramo de flores blancas y rosas y el mundo a mi al rededor se hizo borroso y en cámara lenta, mi frecuencia cardíaca bajó y mi vista lo enfocaba solo a él. Era el ser más precioso del planeta y mis pies corrieron a él dejando botado mi equipaje.

Estaba a punto de recrear una escena de película romántica pero no me importaba. La sonrisa en nuestros rostros era suficiente para hacerme olvidar cualquier problema que tuviera. Me lancé a sus brazos de un salto y enredé mis piernas en su cadera.

Lo necesitaba tanto.

—¡Hola! ¡Oh por dios! ¡Tenía tantas ganas de verte! —Lo estrujé tan fuerte como pude respirando su perfume, su cuerpo vibró junto al mío en una risa divertida y cerré los ojos unos segundos disfrutando el contacto.

—Bienvenida a casa —Besó mi mejilla y me separé del abrazo para poder verlo de frente. —Estás hermosa.

—No es cierto, cállate —Pegué mis labios a los suyos y lo sentí sonreír. Dios, alguien tenía que separarme a la fuerza porque no quería alejarme ni un solo milímetro de él.

Cuando mis pies tocaron tierra de nuevo y abrí los ojos era como ver todas mis fantasías personificadas. Luke era como un personaje literario que en teoría jamás me iba a suceder, él era Edward Cullen y yo era Bella Swan, exceptuando el drama de vampiros y hombres lobo por supuesto.

Amaba su sonrisa y si él se sentía bien gracias a mi, entonces mi trabajo estaba hecho. Provocar una sonrisa en él era básicamente mi meta diaria. No importaba si sacrificaba algo de mi, él siempre iba primero.

Salir del aeropuerto caminando lado a lado con nuestras manos entrelazadas y el corazón a punto de salirse de mi pecho era la sensación más bella que había experimentado en los últimos años. Cada palabra de cariño que salía de su boca me hacía sonrojarme y me estaba dando cuenta que jamás me había sentido tan feliz en la vida.

𝐄𝐋𝐄𝐂𝐓𝐑𝐈𝐂𝐈𝐓𝐘 - 𝐋𝐑𝐇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora