LA BETA DEL REY ALPHA [#2]

CAPÍTULO 14

Elizabeth

Casi toda la mañana la he pasado con Dalton, hemos estado juntos casi pegados, bueno, pegados, pegados, ya entenderán la referencia así que si estábamos pegados o algo parecido a eso. Dalton a veces es idiota pero justo estos momentos lo a dejado de ser, me enoja mucho que solo me trate bien por el hecho de ser su mate y claro que se entiende, soy su mate y no es como que me vaya a tratar mal pero estoy cien por ciento segura que sino lo fuéramos seguiría destilado todo su veneno contra mi.

Odiándome de la manera que él solo lo sabe hacer, me enoje un poco al darme cuenta que estaba dejando que sobre pasara mis límites al darme besos en la frente en gesto de cariño, no quiero su cariño, no perdono nada de lo que me hizo y se que está mal llenarme de odio pero aun así aun estoy un poco dolida.

Y estos días él me a sometido a la duda, no se que diablos me pasa, cada que él está cerca me provoca una sensación de agrado, me cuestiono a mi misma ya que ¿como me puede agradar un imbesil, mujeriego con aires de superioridad?

Hasta llegue a odiarme a mi misma con solo pensar que lo podía llegar a querer, quiero tomar distancia con él, no me quiero acostumbrar a su cercanía sentimental solo lo quiero para follar y más nada. Intentaré no caer ante sus encantos.

Porque si, he llegado a pensar que es encantador, llegando con su sonrisa perfecta y su seguridad al caminar, creyéndose el mejor del universo con ese cuerpo, sus ojos azules como el cielo gritando lo hermoso y Perfectos que lucen en su cara...¡contrólate estupida! ¡¿Que estábamos hablando?! Urgentemente necesito a mi loba para no volverme loca pero a la vez no la quiero porque se que lo primero que hará es decirme que tengo que estar con él.

Camino por el pasillo relajada son las 11:00 en punto y Dalton me a dejado descansar de las largas secciones de sexo que hemos tenido.

Ese es otro problema, no se si me trasforme en una estupida ninfomana que cayó ante los encantos de su polla, es que solo él me ha tocado y siento que es él mejor de todo el puto planeta. Mi cuerpecito no Virgen aclama ser tocado por él.

En medio del pasillo me topo con Max, él venía sonriente dispuesto a bajar las escaleras y regalarme una sonrisa como saludo pero se detiene y su sonrisa desaparece al ver mi cara de preocupación, se acerca a mi y me da un golpe con su dedo índice en mi frente para que reaccionara de mis pensamientos.

—Oye fea, creo que te estás volviendo loca —dice con cierta gracia y cuando capto sus ojos lo miro mal —, ¿que te preocupa tan temprano?

Suelto un suspiro y lo agarro de los hombros para luego zarandearlo.

—¡¿Como te puede gustar Oli si la odiabas?! —Max quito mis manos de sus hombros para evitar que siga con mis movimientos y rodó los ojos.

—Vamos a ese balcón para que respires aire fresco, loca, el oxígeno no te está llegando bien y te estás desquiciando —camina hasta uno de los balcones de esta mansión y ahí se sienta en una silla. Suelta un suspiro cansado —, ahora si, ¿quieres que te responda o me contaras tus desgracias primero?

—Primero respóndeme —le digo yendo a su lado para sentarme en una silla.

—Bien, la verdad que no tengo ni puta idea de cómo pasó pero si te tengo la explicación, es tan sencillo como la conexión de mates, no pude hacer nada, simplemente mi cuerpo, mi alma y todo lo que soy clamaba por estar con ella, todo el odio que emanaba de mi cada que la veía desaprecio —pasa su mano por su cabello lizo y desordenado —, yo no me resistí, no luché contra lo que siento en vez de eso me dejé llevar pero Oli si llego a luchar en contra de la corriente pero bueno —sonríe victorioso —, nadie se resiste a mis encantos y ya sabes lo qué pasó después...