Cap. 4: La pirómana

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-Vale... esto es muy raro... - estoy en frente de un espejo. Ahora entiendo porque no me reconocían. Tengo el pelo blanco. Como si tuviera canas o algo. Y mis ojos... cada uno de un color... el espíritu se me ha transpasado. ¡El maldito espíritu se me ha traspasado!

-¿Pero que te ha pasado? -Esa pregunta me devuelve a la realidad. ¿Y ahora qué digo? Piensa. La única solución que veo es mentirles a ellas y hacer de esa mentira otra mentira que les haré a los demás. Soy un genio. Ah, claro... la omniscencia...

-Vale. A ver. Antes de nada este no puede salir de aquí. Lo que pasa es que... perdí una apuesta con Bill. Y teñirme el pelo era la apuesta.

-¿Y qué apostasteis? -pregunta Noelia. ¡Omniscencia activada!

-Apostamos que no podría montar un AK en menos de 30 segundos. Y bueno... al parecer he perdido.

-¿Y lo de los ojos? - pregunta. A ver... vamos a probar la omnipotencia. Me quedo mirándola, frunciendo el ceño, diciendome en mi cabeza "Vas a olvidar lo de los ojos".

-¿Qué pasa con mis ojos? -pregunto inocentemente.

-Nada. ¿Por? -responde Bianca.

-Espera... ¿es que no lo ves?- dice Noelia con tono de indignación.

-¿Ver el qué, Noelia?- hago lo mismo con Noelia. Me concentro y lo mismo.

-Mmm... nada. Por cierto, he he despertado magullada en el suelo de la entrada de la base. Y no sé por que. - El espectro ha hecho lo mismo que yo ahora mismo. Así me ahorro muchas explicaciones.- Y no soy la única... está ahi un escuadrón de élite tumbado. ¿Qué ha pasado?

-Ni idea... pero déjalo. Tenemos que traerles a todos aquí y deberás hacerles un chequeo Bianca.

-Vale, traedmelos.

* * * *

-Vale... yo ya me voy para que nadie me vea. Recordad el plan. -ellas dos asienten y yo me voy. Al alejarme unos 100 metros siento un escalofrío. Mal augurio. Aún así sigo mi camino...

* * * *

Decido pasar un rato en el mirador... me reconforta mucho... recuerdo mi vida anterior. La vida que murió por la Apoteosis, era de un chaval muy raro. No me gustaba seguir modas ni la música de esa época. Sigo siendo un chaval muy raro. Pero esta vez tengo una "manada". Compañeros, amigos con los que compartir mis penas, alegrías y en general, la vida. Si lo pienso bien, ahora mismo soy más feliz. Soy más feliz. Soy yo. Antes era un amargado, la verdad. Odiaba todo. Y, por lo cual, la gente me odiaba a mi. Aunque realmente me sirvió para distinguir a las personas que valen la pena y las que no. Antes, según mi criterio estabamos peor. Todo lo que pasaba era secreto y pocos nos enterabamos de lo que pasaba en verdad. La justicia era una mierda. Las leyes eran una mierda. La autoridad era una mierda. Los medios de comunicación eran una mierda. Y la gente no hacía nada. La gente antes también era una mierda. Todos congregados en un precioso mundo que fuimos convirtiendo poco a poco, en una gran mierda. La mierda de la mierda. Pero bueno... eso fue pasado ¿no? No tengo esperanzas de cambiar el mundo. Solo quiero cambiar mi mundo. Ser un perfecto yo. Pero bueno.

Estoy tumbado es la cornisa del mirador y de repente, y sin yo esperarmelo, levanto la cabeza. No puedo controlarme. Yo no he querido hacer eso. Me levanto y empiezo a correr en dirección a la base. Intento parar pero no puedo. Cada vez voy más rápido. A velocidades sobrehumanas y, encima, no me canso. Cada vez estoy más cerca de la base. Empiezo a brillar y delante de mi aparece un tipo de velo azul que avanza conmigo. Cada vez brillo más. Estoy a menos a 200 metros cuando oigo una gran explosión, pero aún asi sigo corriendo. ¿Qué habrá explotado? No se la respuesta pero mi mente ya se hace una idea. Mire al cielo y empezaron a caer restos de vigas y cristales. Pongo mi mano hacia delante y, como con un antiguo "Smartphone" arrastrabas páginas o cualquier otra cosa, arrastro el velo encima de mí. No sé por qué la verdad. Hasta que veo que al chocarse los escombros con el velo, de alguna forma se volatilizan y desaparecen. Estoy cada vez más cerca de la base, y cada vez brillo más. Entro en la parcela que hay fuera de la base y lo veo. Todo en llamas. Derruido. Más bien, destruido. Esto no ha sido un accidente. Fuera distingo cuerpos. Veo los cuerpos de Sergei, Bianca, Niko,Meso y más. ¿Están muertos? Voy a comprobarlo. Se me escapa una lágrima al confirmarlo. Todos muertos. Aquí esta todo el cuerpo de defensa de la base Bianca y Sergei tenían los ojos al morir. Se los cierro y, de repente, escucho la voz de Toni.

El himno de los SolesWhere stories live. Discover now