El himno de los Soles

Cap.8: Volantes al volante

Paramos un segundo antes de entrar en la recta final para la entrada de ese sitio, al que le llaman Poli. Aunque estamos como a dos kilómetros, ya podemos ver los enormes muros que separan la Poli con el mundo exterior. Encima de este, se alza una cúpula que cubre la Poli. Esta es azul y es dificil de visualizar ya que se mimetiza muy bien con el azul caracteristico del cielo.
-Bueno chicos. -dice Volantes- Aún estamos a tiempo de volver atrás. -Peter le mete una colleja y le responde violentamente.
-No me seas maricón, macho. Además, se te da genial conducir. Si nos pillan seguro que podrás sacarnos de ahí sanos y salvos. -en serio. Me está cabreando. Antes no estaba tan seguro de si mismo. ¿Cómo es posible? Bueno, paso de rallarme. Ahora tenemos que estar a lo que viene.
-Dale tío. -le digo. No hemos venido todos. Abril se ha quedado con Bill en Getafe, a parte de que el traje no era de su talla, la pobre estaba cagadita de miedo. Me sorprende bastante el cariño que estoy cojiendole, sabiendo que la conozco desde hace menos de una semana. Nadie mejor que Bill para cuidarla. Espero que no tengan problemas. Estamos acercándonos a una velocidad moderada. Cuanto más nos acercamos, más grandes se vuelven esos grises y tétricos muros que se yuxtaposicionan con el azul tan claro de la cúpula. Creo que ya sé para que sirve tal semiesfera. Estamos tan cerca que ya vemos el control de la entrada.
-Vale chicos, solo tendréis que enseñar las tarjetas. Alguien de aquí tendría que ser muy gafe como para que nos pidieran que nos quitaramos las máscaras. -dice Noelia. Escucho como Toni traga saliva. Este traje es muy tecnológico. Se te pega al cuerpo mucho pero no se nota nada que no se tenga que notar. A parte de hablar de los bajos, tambien me tapa los cascos que no se me quieren despegar de las orejas y la ropa que llevo de antes. Por lo que me vienen genial. Ya vemos la cabina en la cual nos tomarán las tarjetas.
-¿Nos harán un chequeo? -pregunto a Noelia.
-No. Espero...
-No me ha gustado esa respuesta- dice Toni, bastante preocupado.
-Tranquilo, Rambo. Lo que menos necesitamos ahora es ponernos nerviosos -le contesta Peter. Me muerdo el labio. Es demasiado para mi. No entiendo su parsimonia repentina. Ni la entiendo ni la soporto. No le intento buscar explicación, sé que es inutil en mi. La inmovilidad del vehículo interrumpe mis pensamientos. Estoy más tranquilo de lo que esperaba. De repente dos personas vestidas con unos cascos negros que no dejan nada al la vista de sus caras. No tiene cristal panorámico aparente. No entiendo como pueden ver.
-Identificaciones. -dice uno de ellos con una voz grave que retumba tanto en cerebro que haría temblar las rodillas de cualquiera. Todos, y simultáneamente, sacamos las tarjetas, como si de una coreografía se tratara. Ellos dos se meten dentro. Las chequean a fondo y nos dan luz verde. Y, por total sorpresa, Peter dice muy seguro de si mismo.
-Nos ha llegado una noticia de que un pelotón ha sido atacado. ¿Se sabe quién ha sido? -menos mal que no se ve, pero mi boca no podría estar más abierta. Miro a Noelia. Ella también me está mirando. Y los dos lo estamos flipando.
-Cierto, pero les pillarán. Se han enviado dos escuadrones más a por los culpables. No sabemos exactamente que Resistencia es. Dudamos entre los Long Moon o los Soles Az...
-Los Soles Azules es imposible que hayan sido -le interrumpe su compañero- su base voló por los aires hará como tres o cuatro dias. -dice él.
-Escuché algo sobre el tema. Me han dicho que han muerto todos.
-Eso les pasa por andar tocando los cojones. -dice uno de ellos. El otro le acompaña con una cruel risa que hiere profundamente mi alma. Mi alma de de verdad. No mi Alma. Aunque no se si el Alma es mía o yo soy del alma. Intento fingir lo máximo posible que eso no me ha dolido. Menos mal que llevo esta máscara y no se me ve la cara de ira que llevo encima ahora mismo.
-Bueno. Cuidaros compañeros. -dice Peter a modo de despedida.
-Venga. Igualmente.
-Adios.

Y cerraron las puertas. Un silencio muy incómodo se apodera de el interior del furgón.

-Lo siento tios. Era para aparentar comodidad. Como si hicieramos esto a menudo. -se excusa.
-No, tranquilo. Lo has hecho bien. Hemos entrado. Eso es lo imporante ahora mismo. - dice Toni. Peter le da un par de palmadas en la espalda y Noelia viene a sentarse a mi lado. Apoya su mano encima de la mia. Al principio me parece raro, pero ahora entiendo por qué lo hace. Telepatía.