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—¿Ves? te lo dije — comentó convicente Helena mientras alzaba levemente los brazos — Ésto se ve genial
—Pues sí, si se ve mucho ambiente — respondí mientras veía todo el lugar
Algunos bailaban, otros tomaban/fumaban y platicaban en la barra o hablaban en otras partes.
—Date un respiro, por dios — se quejó
—Sí, bueno, tú sabes que primero son mis estudios
—Pero si ya estás por terminar
—Por eso — pausé — ¿vine a escuchar quejarte o disfrutaremos un rato?
Ella tomó mi mano y caminamos entre el gentío, dijo que estarían varios amigos de ella.
Los míos seguramente aún estarían estudiando en sus casas un viernes por la noche...y yo también lo estaría si no fuera por Helena
Ella gritó de emoción, sus amigos habían elegido una buena mesa, es decir, tenían vista a todo el lugar y además era espacioso.
—¿Se acuerdan de mi amiga Estela? — preguntó Helena mientras me acercaba hacia ellos
Todos habían respondido que sí, yo solamente sonreí para después saludarlos.
Me sentía bien, no me sentía excluida.
🌹🌹🌹
Ya era media noche, ya me sentía algo cansada y con sueño, sinceramente.
Helena y yo estábamos tranquilamente hablando cuando un hombre se había acercado hacía nosotras, él quería hablar con ella.
Yo la animé, aunque muy en el fondo no quería que me dejase sola.
Bufé mientras dejaba de ver mi teléfono, ¿a quién quería engañar? mi plan (saldo) se había acabado y no podía poner alguna excusa de que estaba ocupada contestado varios mensajes.
Los amigos de Helena se habían esparcido por el lugar, cada quien estaba en su mundo.
Seguramente me vea como una tonta antisocial — pensé
Miré una vez más el lugar, aún había mucha gente.
Veía algo de humo, fruncí el ceño.
Miré a la mesa, habían varios hombres y la mayoría fumaba; con razón se veía algo de humo.
Recargué mi codo en mi pierna, para así poder recargar mi mano en mi mejilla, y aún seguía viendo esa mesa.
Quizás sean hombres de la mafia...o eso aparentan — pensé
Mientras yo estaba en mis pensamientos, no me había dado cuenta de que mi vista seguía con ellos; Abrí los ojos asustada, así que rápidamente me recargué en el sillón cómodo y miré a otra parte.
Uno de ellos se había dado cuenta de que los veía.
