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—Demonios...demonios...— maldecí en un susurro mientras salía del auto rápidamente
No recordaba que los sábados en éste lugar siempre estaba muy lleno, lo cual no iba a ver estacionamiento.
Tan sólo iba 5 minutos tarde pero papá estaba muy especial.
Corrí hasta el lugar, obviamente al llegar me calmé un poco.
Con la mirada lo busqué , hasta que lo ví alzar la mano. Suspiré aliviada.
—Hola papá — comenté sonriente
—Llegas tarde
Rodé los ojos mientras acomodaba mi bolsa en la silla.
—Tan sólo fueron 5 minutos, no exageres — comenté algo molesta.
No me molestaba estar o sonar enojada. Él conocía mi carácter.
—Ve el menú, al parecer hay varios platillos más
—Suena interesante — comenté sonriente, olvidando el inconveniente de hace nada, prácticamente.
Había un platillo sueco, parecía un tipo de sopa, quería probarlo. Papá, como la mayoría de tiempo, pedía comida tailandesa.
—¿Qué tal la escuela? ¿Ya has inyectado a algunos cuantos? — preguntó papá con una sonrisa
—Sí papá, la semana pasada estaba haciendo mis prácticas e hice de todo
—¿Cansado?
—Demasiado, aunque no me quejo, aún no me ponen la guardia...cuando me toque...ya verás — pausé — quizás ya no pueda acompañarte tan seguido
—Pues te esperaré
Sonreí
—Suerte, serás una gran enfermera
—Gracias papá
—Y...¿tu madre? ¿cómo está?
—Está bien...se ve feliz
—Lo creo — respondió para después meter su mano en el bolsillo
Oh no. Iba a fumar, de nuevo.
—Ahora entiendo el por qué te gusta tanto venir aquí — comenté mientras miraba su caja de cigarros
—¿Pero qué dices? Lo que me hace venir aquí es la brillante cómoda tailandés — comentó sonriente mientras se metía un extremos del cigarro en la boca, después, lo encendió
No me molestaba mucho, antes de que papá se fuera él fumaba debés en cuando, ya estaba acostumbrada.
Suspiré para después voltear a otro lado, miré a toda la gente que había ahí.
Miré a cada mesa, hasta que topé con una particular, más bien, una personas conocidas.
Maldita sea — pensé
Abrí los ojos como plato Él estaba ahí sentado, sacaba el humo de su boca mientras me miraba. Daba entender que quizás él ya me había visto desde un inicio.
Me voltié rápidamente.
—¿Y sí mejor lo pedimos para llevar? —pregunté nerviosa mientras me rascaba mi brazo
