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—No te preocupes, yo te llevaré a casa — comentó sereno Matías a Helena
Ya que él veía como ella miraba por la puerta, su amiga ya se había ido.
—Gracias — respondió sonriente
Helena aún era una chica juvenil y extrovertida, le gustaba mucho hacer amigos y salir; todo lo contrario a Estela.
Matías vió como su amigo Cillian venía desde la entrada, venía fumando un cigarro y se veía serio.
—Ay no — susurró
Ya sabía lo que se venía.
—¿Y esa cara larga mi amigo? — preguntó Tom, risueño, para después tomar de su tarro de cerveza
Cillian lo ignoró. Había recordado lo que hacía dicho aquella mujer, y su amigo Tom era el único "rubio".
—¿Ahora qué te hallaste allá afuera? — preguntó Matías desde la mesa de atrás
Helena mantenía una conversación con sus amigos que se habían quedado, así que ella no podía oír nada.
—La amiga de tu novia — comentó mientras daba una mirada rápida a Helena — es una chica ruda...— fumó de su cigarro — me gusta
—No todas las chicas que conozcas querrán follar contigo — comentó Tom
Cillian le levantó el dedo medio
—Bueno, suerte con tu chica ruda, Helena y yo nos iremos — comentó Matías, le dió una última jalada a su cigarrillo y lo tiró por ahí — hasta luego, señores.
—No lo puedo creer — bufó Cillian — mejor Matías que yo se llevó a una chica, algo aquí anda mal.
—Pudiste haberte llevado a la cama a esa chica ruda...pero algo me dice que tú comportamiento no fue bueno
—¿Tú qué?
—Sólo digo
🌹🌹🌹
—Por dios...maldito loco — susurré mientras me miraba rápidamente en el espejo
Quería asegurarme de que ese hombre no me haya dejado alguna marca en el cuello o mi mejilla, pero todo se veía bien.
Estacioné el auto afuera de casa, ya que el novio de mamá me había ganado la cochera.
Apagué el coche y salí del auto.
Ya tenía muchísimo sueño. Ya después le reclamaría a Helena.
