Capítulo 37. En el mismo escenario (Parte I)

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¡Hola!

Bueno, antes de nada, explicaciones. He dividido el último capítulo en dos partes, con todo el dolor de mi corazón, pero es que son 20.000 palabras y todo tiene un límite, también vuestra paciencia xD

NO ME ODIÉIS LO SIENTO TANTO

Cuando subo cosas tan largas la app va como el culo así que perdón por todo, guiones, dedazos, palabras raras, espero que no se me salte párrafos ni cosas muy extremas. Si os resulta más cómo leerlo seguido, también lo estoy publicando en ff.

GRACIAS X10000 Os debo las 14K que estoy flipando.

Por otro lado, perdonad la espera, esta semana he estado enferma y no he podido terminar de corregirlo todo. También por eso he preferido publicar la mitad del en una parte y la otra mitad espero publicarla mañana si me deja mi salud, y si no pasado mañana.

Ya es la final-final, en serio XD Parece que estoy de coña pero no JAJAJA os juro que tiene fin, que no es One Piece.

Ya es la final-final, en serio XD Parece que estoy de coña pero no JAJAJA os juro que tiene fin, que no es One Piece

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Kageyama extendió los dedos abarcando parte de su cadera, músculo y hueso moviéndose en la dirección que marcaba su cuerpo. La mano de Atsumu atrapó la suya, se cerró alrededor de su palma y le miró con una sonrisa a medio camino entre la burla y la soberbia.

-Puedes hacerlo mejor -dijo, dándole un ligero toque en la pierna con la rodilla, acercándose. Kageyama frunció el ceño e intentó centrarse en la música-. Vamos, el martes estabas más suelto. ¿Tengo que emborracharte todas las veces?

-Cállate -gruñó, apretándole los dedos contra los suyos, obligándole a girar un poco. La música no ayudaba, la bachata era un maldito infierno.

Reunió todas sus habilidades para ejecutar el estribillo. Atsumu se había limitado a mostrarle los movimientos básicos, nada muy elaborado, pero Kageyama se sentía como si le hubiesen pedido que aprendiese a respirar bajo el agua. Le pisó unas cuatro veces en tres compases y Atsumu se limitó a reírse y cantar la canción más alto, siguiendo el ritmo.

Oyó el giro del bombín de la llave y el giro de la cerradura. Habían apartado el kotatsu del centro y movido un poco el sofá hacia las ventanas, para ganar algo de espacio. Atsumu asomó la cabeza sobre su hombro y miró hacia la puerta.

-¡Llegas tarde! -gritó, dejando a Kageyama medio sordo. Le piso dos veces más, y una no fue por accidente.

-Parece que no lo suficiente -contestó Sakusa, sin alzar la voz, echándose gel hidroalcohólico en las manos, usando el dispensador automático colocado junto a la puerta. Deshechó la mascarilla de un solo uso en el contenedor situado estratégicamente al lado del dispensador, y se colocó otra nueva, volviéndose a asear las manos. Kageyama aprovechó el cambio de canción para intentar aplicar todo lo que había aprendido en los tres meses que llevaban ensayando. Apretó la mano sobre la cintura de Atsumu y le acercó un poco, intentando deslizar una pierna entre las de él, sutil, sexy... Le dio un rodillazo en los huevos. Atsumu apretó los dientes, maldiciendo hasta la quinta generación de Kageyamas-. Santa mierda.

La mejor nevada del mundo |KageHina|Where stories live. Discover now