34.- Hogar dulce hogar

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Los últimos tres días de clases pasaron volando, llenos de rumores y celebraciones ahora que Voldemort se había ido. Harry y Severus fueron entrevistados varias veces por Rita Skeeter y su compañero reportero, Amos Jigger, quien siempre les ofrecía a los que entrevistaba un jigger de whisky de fuego o, en el caso de Harry, cerveza de mantequilla. Severus se negó, cortésmente, pero Harry disfrutó compartiendo su bebida con el animado reportero. El propio Ministro vino a Hogwarts para felicitar a Harry y Severus y proclamó a la familia Snape como los héroes del siglo por acabar con Voldemort. Había encargado una nueva estatua, titulada La derrota de Voldemort, la victoria de Snape's. Para ser colocado en el Patio del Ministerio de las Fuentes. Ya no dudaba de la veracidad de la afirmación de Snape o Dumbledore de que Voldemort había regresado, debido al testimonio de Veritaserum de Barty Crouch Junior.

El día después de la gran batalla, Cedric fue a ver a Harry al Gran Comedor durante el desayuno.

– Snape, ¿te importa si tengo unas palabras contigo? ¿En privado? –

– Claro, Diggory – Harry siguió a Cedric a la pequeña habitación junto al pasillo donde los campeones habían esperado para escuchar las reglas del torneo. – ¿De qué trata esto? –

Cedric se aclaró la garganta y dijo, sonando un poco avergonzado:

– Bueno, yo... sólo quería decir cuánto lamento no haberme levantado de inmediato y decir que fuiste tú quien me ayudó a superar la tarea final, Harry. Pero cuando me presenté, todo lo que quería hacer en ese momento era obtener ayuda del profesor Snape. Pero todos me vieron regresar con la Copa, así que simplemente... asumieron que había ganado el torneo. Mi casa estaba tan feliz, y mi papá... estaba a punto de despegar del suelo... aun así debería habérselos dicho. Estuvo mal dejarles asumir que gané. Puedo ir a Dumbledore y decirle lo que realmente sucedió, no me siento bien tomando el dinero del premio –

– Cedric, no – Harry levantó una mano. – No te preocupes por el torneo, o el dinero del premio. Dije antes que realmente no pertenecía al torneo, solo entré porque Barty Junior manipuló el cáliz de fuego... o como lo llaman las hadas, la Copa de las Maravillas. Si no fuera por eso, habría estado observando desde el costado y alentándote. Quédate con la Copa y el dinero. No lo necesito ni lo quiero –

– ¿Está seguro? –

– Positivo. Será nuestro pequeño secreto – Harry lo tranquilizó.

Cedric parecía desgarrado.

– Pero nos hiciste pasar al runespoor –

– Podrías haberlo superado también poniéndolo a dormir. No te preocupes, Cedric. Déjalo estar. Es hora de que otra Casa que no sea Gryffindor tenga su día. Y hora de que alguien más sea acosado por reporteros además de mí – Harry le sonrió.

– Está bien, Snape – Cedric le tendió la mano y Harry la apretó. – ¿Amigos? –

– Amigos –

Abrieron la puerta y casi chocan contra Hermione, que sostenía un frasco de vidrio en la mano. Cedric lo miró.

– ¿Estás recolectando insectos ahora, Granger? – Hermione asintió.

– Esta es una especie rara. Sólo he visto una –

– Lindo – Dijo Diggory. – Debería mostrárselo a la profesora Sprout. A ella le gusta ver nuevas especies de insectos, siempre y cuando no estén en su invernadero o jardín – Los saludó con la mano y continuó hacia el pasillo.

Harry arqueó una ceja hacia Hermione.

– ¿Qué tipo de escarabajo es? – El escarabajo era grande, de un verde vibrante, con extrañas marcas en forma de anteojos alrededor de sus ojos. – No es uno que reconozco –

Regreso a Prince ManorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora