Capitulo 3-Reviviendo el pasado

803 101 15
                                    

POV Tyler

Abrí mis ojos, pero la oscuridad a mi alrededor me hacía creer que los mantenía cerrados.

El recuerdo de mi madre aún rondaba mi mente, pero era incapaz de hacerla aparecer. Maldecí por lo bajo. Si tan sólo la pudiera ver una vez más...

Y entonces, oí una voz:

—Tyler—Mi corazón se aceleró por lo repentino de la situación, y ya más calmado y en lo más defensivo que se puede ser flotando en el espacio contesté:

—¡¿Quién eres?! ¿¡Dónde estoy!?

—Yo soy tú, Tyler. Y es tiempo de que lo aceptes. ACÉPTAME.

—¿¡Acéptarte!? ¿¡De que demonios hablas?!—Mi voz sonó autoritaria, y mis colmillos salieron sin aviso. Estaba enojado, joder, tiraba chispas de mi cabello. Sólo quería salir de aquí para ir a ver a mis padres y a mi manada.

—ASI ES TYLER. ACEPTA LA OSCURIDAD QUE HAY EN TI. ACÉPTAME.

La confusión en mi ser era enorme, pero al mismo tiempo sabía a lo que se refería. Lo sabía tan bien que me aterraba.

Supongo que después de todo, un rey no puede olvidar las traiciones del pasado, ni el odio de su gente.

—Ya veo...—Habló denuevo la voz— Supongo que sólo debo obligarte.

Un recuerdo se produjo en la nada, y la rabia corrió por mi cuerpo.

Recuerdo

—¡NO!—Grité, lágrimas rondando por mis mejillas y la rabia consumiendome. Miré mis garras, rojas y afiladas gotear por la sangre de mi amado.

Me arrodillé junto a él, ahuyando en dolor. Mis ojos en una pura tormenta.

La casa se sentía fría y vacía. Como si todo el calor y el sentimiento de hogar se hubiera esfumado... ¿Y cómo no? Si la única persona que hacía esta vida menos estresante y dolorosa se había ido de mi lado.

Volví a mirar mis garras, comparándolas con las que estaban encriptadas en su piel, y supe quienes eran los responsables de esto... Nunca se pueden confiar en las brujas.

La puerta se abrió, cayendo al piso, y los guardias reales vieron aquel suceso desastroso. Lo podía ver en sus caras, podía ver el miedo, el dolor al creer que yo había hecho tal hazaña, pero, aunque quería explicarles mi voz no salía.

Cargué a mi amado y lo llevé afuera, caminando entre el bosque y llegando a una pradera a orillas de una montaña. Su sangre estaba por todo mi cuerpo, haciendo que me odiara aún más. Y susurré:

—Te prometo mi dulce amor, que la muerte no nos separará de vivir juntos y, a pesar de la persona que me vaya a convertir a causa del odio, nunca te dejaré de amar ni aunque sea un segundo. Jamás diré algo que te rompa el corazón y jamás te apartaré de mi lado, sólo debes esperarme porque prometo que voy a encontrarte. Te lo juro por la luna, te lo juro por mi lobo y por toda especie que alguna vez nació en este mundo.

Uní mi frente con la suya bajo la mirada de todos a mis espaldas, haciendo un juramento tan fuerte que solo un rey podía hacer y, con pesar en el alma, cubrí su cuerpo con mi capa real roja. Los murmullos cada vez haciéndose más altos y rencorosos.

Y lo entendía.

El único olor impregnado en mi Luna era el mío, mis garras coincidían a la perfección con las de su cuerpo, ninguno de mis guardias había visto entrar a alguien a la zona del bosque donde, en un lugar secreto, se encontraba nuestro hogar y sobre todo, nadie, absolutamente nadie, sabía la localización exacta de esa casa humilde a la que mi amado y yo nos escapabamos de todo. La única razón por la que nos encontraron fue por mi aullido repentino que alertó a todos.

Monster #2 [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora