[ 0.12 | final 2/2 ]

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Las tenues luces de la pista apenas le dejaban ver el dificultoso camino que habían elegido para esta, por suerte, las luces de su moto le dejaban ver lo suficiente como para poder conducir bien y dentro de todo, tranquila. La persona contra la que estaba corriendo sin duda se llevaba bien puesto el título que, al igual que ella, llevaban como los mejores corredores de allí. Sabía que si bien su progenitor era el que más le imponía a ella, la misma situación se repetía con los demás corredores que estaban a su nivel y competían con una visión bien a lo alto.

En su tiempo no se quejo, tenían una buena paga e incluso disfrutaba cada carrera que hacía a pesar de muchas veces terminar con uno que otro rasguño. Sin embargo, las cosas habían cambiado, ella había cambiando y, al igual que su alrededor, hasta podía llegar a atreverse a decir que su personalidad lo había hecho. La gran parte de los créditos se la debía a Aren, ya que fue una por no decir, su inspiración a dejar ese mundo que sabía ya se estaba haciendo un lugar muy tóxico para estar.

Su contrincante pasó a su lado, tan apegado que llegó a asustarla y a sacarla de sus pensamientos que no debería siquiera haber interrumpido su carrera. Tragó en seco, al ver que perdía potencia y sus cejas se juntaron en signo de molestia y angustia a la gran velocidad que había tomado el chico. Sin embargo mantuvo la calma, apenas llevaban tres vueltas quizás y no eran más que necesarias una y media para volver a su ritmo normal.

El frío de cambio de estación lograba pasar sus ropas y hacía que le molestara su nariz con picazón. Su pelo también molestaba.

Pero, girando con fuerza el acelerador, tomó impulso donde en menos de dos segundos ya había pasado al chico que ya yacía detrás de ella. Sin embargo, y aún más por sorpresa, en seguida su contrario quedó a su lado, a solo unos milímetros de que sus motos chocaran entre sí.

Aoki sabía que ninguno de los dos era tan estúpido como para chocar entre sí, porque, primero que nada, con la velocidad a la que conducían podían estrellarse fuertemente los dos, y en segundo: solo ganas si llegas a la meta.

Y Fuyuka era lo suficientemente astuta como saber que lo que intentaba era sacarla del camino, a pesar de que la regla donde se permitía sacar al otro de la pista había sido sacada hace mucho tiempo y ahora eso era contado como trampa. Pero la verdad era que no sabía sus segundas intenciones, y por más que se adhieran a las reglas, uno de los dos participantes siempre iba al extremo de pasar una a llevar e igual conseguía el título de ganador.

Si, aunque le doliera admitirlo, ahí no solo el talento lo era todo, sino que el dinero que circulaba era muchísimo más del que todo el mundo se imaginaba y, obviamente, influía en gran mayoría al resultado.

La emoción en las últimas vueltas llenaba su corazón de adrenalina y tenía unas ganas inmensas de dejar muy atrás a su contrario. Pero sabía que si pasaba los trescientos kilómetros por hora se le iba a ser muy difícil poder controlar bien el vehículo, así que mantuvo su ritmo, luchando contra el del otro en un juego que ya se le estaba haciendo eterno.

Antepenúltima vuelta, el chico la había logrado pasar un par de veces, pero siempre terminaba detrás de ella a regañadientes.

Penúltima vuelta, donde sentía su garganta seca y su corazón eufórico, su estómago revuelto y todos sus sentidos a flor de piel.

Nerviosa.

Pero a través de la última vuelta, sonrió. Una sonrisa sincera que era cubierta por el gran casco que traía puesto. 

No solo estaba feliz porque había mantenido al chico muy detrás de ella las últimas dos vueltas. Si no que porque, al pasar la línea de meta, su corazón por fin aliviado y su mente ya en paz hicieron que derramara unas lágrimas de felicidad y alivio.

Si, ella, Aoki Fuyuka, había logrado lo que se había propuesto y lo que sentía que la hacía más feliz: dejar el mundo de las carreras clandestinas.

Y ver a Aren correr hacía ella llenó aún más su corazón. Su rostro implacable de alegría, la sonrisa que sentía que era hecha solo y únicamente para ser contemplada por ella se reflejaba en su rostro.

Aren llegó a su lado jadeante, y sin esperar ni darle el tiempo a la peliverde si quiera de bajarse de la moto, sus manos fueron directamente a desabrochar el seguro del casco.

Aoki sonrió impresionada, a la vez que escuchaba mucho más fuerte los gritos de euforia de la gente y sus ojos se encontraron con los hermosos y brillantes orbes del pelimorado. Aren no esperó ni un segundo más para juntar sus labios en armonía y con un vaivén suave y apasionado que hizo que se sintiera en el paraíso una vez más.

-Fuyuka...- el estómago de la nombrada se revolvió al escuchar su nombre salir de los labios del chico por primera vez. La respiración de el chocaba suavemente a solo unos milímetros de su boca.

-Kuboyasu.

-Vamos a casa.

Aoki rió suavemente y Aren contempló la escena con una sonrisa tímida y rubor sutil en su rostro.

Si, a casa.














fin.

procedo a: llorar a mares 👩🏻‍🦯

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procedo a: llorar a mares 👩🏻‍🦯

pero aún falta el epílogo ! así que espérenlo con ansias y, como siempre, estoy infinitamente agradecida de todo el amor y apoyo que le dan a mis historias 🤎

espero que hayan amado esta historia y les haya sacado una que otra sonrisa bbs <3 les amo

Velocidad a límite [Aren Kuboyasu] © حيث تعيش القصص. اكتشف الآن