Capítulo 2

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Habiendo pasado 40 minutos de clase, sonó la campana que indicaba el almuerzo y antes que el profesor pudiera decir que ya podíamos salir, todos salieron en un abrir y cerrar de ojos, no quería ser como mis compañeros así que guarde mis cosas como normalmente hago y me despedí apropiadamente de mi profesor, yo creo que como adulto que es mi profesor se debe un agradecimiento el tiempo que el invierte en su clase, algo que no muchos...no, mas bien nadie de mi clase tiene. Aunque eso a mí no debería importarme, salí del salón y me dirigí hacía el comedor para encontrarme con Sophie, cuando llegue había mucha gente esperando que le sirvieran el menú del día, ahora se por qué mi madre siempre prefiere prepararme el almuerzo realmente lo aprecio, el tener que formarme todos los días debe ser muy tedioso, suspire aliviada y mientras caminaba me encontré con Sophie levantando su mano saludándome alegremente, y en cuanto vi su mano me dirigí hacia la mesa donde ella se sentaba

—Hola Sophie, ¿Qué tal ha ido tu primera clase?—pregunte mientras me sentaba enfrente de ella—.

—Hola Cristal, mejor de lo que esperaba debo decir—dijo sonriente—.

—Me alegro—dije alegremente, mientras sacaba mi almuerzo de mi mochila—.

—¡Oh! ¡no sabía que eras de las que trae su almuerzo!—exclamo sorprendida—.

—Bueno, prefiero llevar mi propio almuerzo que hacer una fila enorme.—dije suspirando—.

—¿Tu mamá lo prepara?—pregunto mirando mi almuerzo con nostalgia—.

—Así es, me gusta mucho la comida que prepara mi madre, ¡es realmente deliciosa!—exclame contenta.—

—Que suerte tienes...—susurro en voz baja mirando su comida con tristeza—.

Lo que dijo lo pude escuchar claramente, se veía en su forma de hablar y como miraba mi almuerzo casero con nostalgia y no pude evitar hacer lo que cualquier persona haría

—Mi madre prepara demasiado jaja,—dije mientras reía ligeramente y añadí alegre—¿Quieres que lo compartamos, Sophie?—.

Debería plasmar aquella sonrisa risueña de Sophie en una foto y enmarcarla, su sonrisa era ciertamente encantadora, era como si alguien le hubiera comprado su dulce o comida favorita.

—¿¡Enserio puedo?! se ve muy deliciosa, así que no se si podría...—exclamo mirando mi almuerzo dudando—.

—¡Claro que puedes! dice mi madre que la comida sabe mejor con un acompañante—dije alegremente. Mientras ponía mi almuerzo en medio de la pequeña mesa que compartíamos.—

Mentiría si dijera que la comida me sabía como siempre, esa comida sabía mil veces mejor y nunca había comido nada mas delicioso en todo el tiempo que estuve comiendo mi almuerzo sola. Yo y Sophie comimos hasta que no quedo ni una migaja.

—¡Vaya! ¡tu mamá cocina delicioso! ¡nunca había probado unos sándwiches tan buenos en mucho tiempo!—exclamo radiante poniendo sus manos sobre sus mejillas—.

—Si, me sabían mucho mejor que la semana pasada...—dije mientras sonreía mirando mi último triangulo de sándwich—. 

—¿Te lo vas a comer? parece que le estas viendo lo malo—dijo mirando mi sándwich con anhelo—.

—¡Claro que sí! solo disfrutaba mi último bocado—exclame con indignación alejando mi pequeño sándwich de Sophie—.

—Pensé que podría robártelo...¡pero no te enojes!—dijo mirándome con recelo y con un pequeño suspiro—.

Cuando iba a comerme mi pedazo de sándwich apareció alguien detrás mío y agarró mi pedazo de sándwich, todo sucedió tan rapido que no me dio tiempo de reaccionar, cuando me voltee encontré a la persona que mas quería evitar en la escuela.

—Oh...eras tu Cristian...—dije susurrando—.

—Ja! ¿pensaste que hoy no te molestaría?—exclamo Cristian con aires de grandeza.—

—¿Qué quieres Cristian?—dije en tono despectivo—.

—¡Wow! hoy te crees importante como para hablarme de esa manera, por que esta tu amiguita aquí?—pregunto en tono burlesco—.

No tenía ganas de contestarle en lo mas mínimo, no quería meterme en problemas, pero parece que nunca puedo librarme de el.

—Solo déjame en paz a mí y a Sophie—dije desafiándolo con la mirada—.

—Hoy parece que no sabes cual es tu lugar, ¿cierto, niña robot?—dijo molesto—.

—Simplemente no me humilles, enfrente de Sophie, por favor—dije mirándolo cabizbaja—.

Creo que esas palabras no debí haberlas siquiera pensado, si lo que quería era evitar problemas, solo conseguí atraerlos...





Creo que esas palabras no debí haberlas siquiera pensado, si lo que quería era evitar problemas, solo conseguí atraerlos

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