Capítulo 9

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"Incluso las mentiras tienen fecha de caducidad"


Al paso de los minutos cada vez más nos acercábamos más a la entrada de la escuela, estaba tan feliz por estar con Sophie que olvidaba que aquel día estaba lluvioso, húmedo, lleno de charcos, tanto Sophie como yo estábamos en la banqueta caminábamos tranquilamente cuando repentinamente un coche a una velocidad alta pasa por un charco y moja un poco a Sophie, Sophie al ver esto solo se sacudió un poco las mangas del uniforme, mientras que a mí me invadió un terror y escalofrió terrible, al momento que siento esto agarre fuerte, demasiado la mano de Sophie y grite agitada


—¡Cuidado, Sophie! —exclame agarrando su mano con fuerza—.


—¡¿Q-Que te pasa?! —manifestó Sophie muy alterada al verme agarrar su mano con fuerza—


—¡Me estas lastimando! —grito Sophie con dolor—.


En ese momento pareciera como si despertara de un mal sueño, al ver la cara y la mano que sostenía con gran fuerza de Sophie, aparte rápidamente mi mano y mientras la apartaba empezaba a bajar la mirada poco a poco hacía mis pies, todavía tratando de comprender la reacción de Sophie.


—L-Lo lamento mucho Sophie...—dije con voz temblorosa apretando mis puños con fuerza—.


—N-No te preocupes...—hablo Sophie todavía un poco asustada—¿Estas bien?—.


—S-Si...—respondí susurrando en voz baja y añadí—Yo me adelantare mejor, tengo que irme...—


Luego de decir eso me fui del lado de Sophie a paso apresurado sin mirar atrás todavía mirando hacia abajo, porque no quería ver su rostro asustado por lo que le hice...esto se me había salido de las manos, no contaba con que el destino me sorprendería con un día lluvioso como hoy, lo que le hice a Sophie...fue ¿instintivo? Simplemente fue una reacción, no quise lastimarla. Aunque bueno eso no justifica el hecho de que yo lastime la mano de Sophie...y lo que más me atormenta es que la lastime mucho más de lo que haría una simple mano humana, mire mis manos y note que llevaba unos guantes blancos, estos guantes blancos podría decir que son como mis protectores, unos guantes que ocultan mis verdaderas manos, si es que puedo llamarlas así.

Parecía que no habían pasado ni 2 minutos cuando escuche la campana que anunciaba el inicio de clases, estaba muy cerca así que pude escucharla, no quería llegar de nuevo tarde así que corrí lo más rapido que pude, cuando llegue a los pasillos note que no había tanta gente y eso solo podía significar que todos ya estaban en sus salones, me apresure y al cabo de unos segundos encontré mi salón y entre deseando que todavía no hubiera llegado el profesor y así fue. El profesor aún no había llegado, me invadió una gran sensación de alivio, suspiré aliviada y me dirigí silenciosamente sin llamar la atención a mi asiento, afortunadamente nadie me presto atención pues cuando el profesor se tardaba todos hacían sus grupitos y se ponían a platicar, esto no me molestaba en absoluto era más bien lo contrario, me gustaba cuando nadie me presta atención así me siento en mi propio mundo donde nadie está recalcándome lo que soy y lo que he hecho. Pero algunas veces me pregunto "¿Es mucho lo que pido?" lo único que quiero es paz...aunque sé que no la merezco, ¿Seré una tonta por querer soñar eso? Tal vez, pero nunca pensé que mis manos, estas manos a las que odio tanto podrían herir alguien cercano a mí, ¿Qué pasa si lastimo a mi madre o a mi padre? Creo que solo estoy torturándome a mí misma con estas preguntas, solo debo aceptar lo que hice y creo que Sophie debe saberlo, seguro ahora tiene muchas dudas acerca de mí.

Habiendo pasado 15 minutos, por fin el profesor llego y puso orden en la clase, todos los grupitos se disolvieron y todos mis compañeros se sentaron en sus lugares y entonces el profesor inicio la clase, no se si estaba muy concentrada o muy distraída pero la clase termino más pronto de lo que pensé, al paso de los minutos la campana sonó anunciando el almuerzo y como siempre todos se fueron prácticamente corriendo, y como siempre yo era la última, terminaba de recoger mis cosas, despedirme del profesor e ir rapido al comedor, cuando iba de camino estaba pensando cómo podía pedirle disculpas a Sophie, como podría arreglar lo que había hecho, pero mis pensamientos de como disculparme terminaron por confesar todo.



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