3. Íncubo

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- ¿Qué voy a hacer? - Le dijo JiMin a TaeHyung.

- El esposo del conde Kim era un sirviente como nosotros. Quizá el amo esté enamorado de ti también.

- No digas tonterías. Él amo sólo me necesita para alimentarse. Dice que le gusta mi sabor. - TaeHyung seguía sin entender nada de lo que quería decir con "alimentarse". Pero resistió la pregunta, más aún después de lo que había visto en ese cuarto.

- Debes odiarme. - Dijo en cambio.

- ¿Por qué dices eso? - Preguntó JiMin extrañado.

- El otro día dijiste que yo estaba aquí para quitarte el puesto. Realmente debes odiarme.

- No es culpa tuya. - Aseguró. - También te dije que yo te escogí, ¿recuerdas? Yo poco le puedo ofrecer ya al amo. Dice que si sigue alimentándose de mí puede hacerme daño.

- Entonces... yo estoy aquí... para que el amo y yo... - Le temblaban las palabras.

- Él te aceptó de esa forma al dejarte servir aquí, sí. Pero ahora tienes que decidir tú también si es lo que quieres. - Aseguró JiMin. - No estás obligado a nada, por supuesto. Pero no quiero que estés con él un mes o dos y te vayas. Tienes que pensarlo bien. El amo necesita estabilidad. Necesitará tu energía.

- Tú te quedaste porque lo amas, pero ¿por qué lo hacen los demás?

- Yo no le amaba al principio, ¿sabes? Entré aquí por la misma razón que los demás. El trato es que cuanto más tiempo estés al servicio del amo, más dinero recibes como finiquito. Otros lo hacen simplemente porque les gusta como son tratados, porque sencillamente adoran ser tomados por sus amos, esos son los menos. Y otros, ilusos, ceden a hacerse favoritos porque piensan que así los amos se enamorarán de ellos, se casarán con ellos y les transformarán en inmortales. - TaeHyung tragó saliva, eso era justamente lo que había pensado él al oír hablar de trabajar para el señor Jung. - Por supuesto, para la mayoría de los favoritos no es tan duro como aquí porque los inmortales tienen varios y se alimentan de ellos alternativamente. De ahí que haya favoritos más favoritos que otros y competencia entre ellos. Unos memos. - Dijo rodando los ojos. - Pero esa no es la forma en la que le gusta al amo Jung.

- Comprendo... - Dijo aunque no era del todo verdad. No podía evitar más tiempo la pregunta. Si iba a ser como JiMin, si iba a hacer esas cosas y sentirse así, debía saber a qué se refería con "alimentar" a los amos. - JiMin... yo... no se mucho sobre favoritos.

- No hace falta, la mayoría son unos tontos. - Comentó JiMin, que era el insulto más grave que se le podía ocurrir. - Especialmente los favoritos del matrimonio Min-Jeon. Esos son terribles. Como hienas entre ellos.

- No. No me has entendido, JiMin. - Se apresuró a reformular TaeHyung. - Me refiero a que no sé muy bien... cuales son las funciones de un favorito. - JiMin torció la cabeza extrañado. - El amo Jung... ¿bebe tu sangre o algo así?

- ¿Sangre? ¿Qué disparates dices, TaeHyung? Los vampiros no existen. - Rió. Y luego tuvo que callar al ver que TaeHyung realmente no sabía nada de lo que allí ocurría. - Pero TaeHyung, llevas toda la vida trabajando al servicio de inmortales. ¿No sabes lo que son? - El joven negó.

- En mi casa, sólo los que ascienden a favoritos lo sabes y guardan celosamente todos los secretos. Bueno, se que son algo así como amantes pero nunca había oído lo de alimentarse.

- Oh... comprendo. - Su gesto se volvió más serio, pero también tierno y comprensivo. - Los inmortales son íncubos. Hijos de Lilith, la primera mujer de Adán. Dicen que ella era la mujer más hermosa jamás creada. Por eso todos sus hijos son igualmente deslumbrantes, aunque poderosos y peligrosos también. - Explicó. - Y supongo que no sabes tampoco entonces de qué se alimenta un íncubo, ¿verdad? - TaeHyung negó algo asustado. - Pues... - Sus mejillas se colorearon. - ...de sexo, claro.

IncubusWhere stories live. Discover now