8. Favoritos sin piedad

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Se habían sentado en un sofá apartado y hablaban tranquilamente. A TaeHyung le parecía que JiMin estaba especialmente cansado ese día, seguramente hambriento también. Por mucho que lo había intentado, ese día JiMin no había comido demasiado, quizá por los nervios de la fiesta, así que, confiaba que con la comida llamativa y deliciosa que habían servido para los favoritos en la mesa frente a ellos se animara a comer algo. Sin embargo, recibieron una visita que TaeHyung no esperaba.

- Vaya, vaya. ¿Qué tenemos aquí? - Se alzó una voz dirigiéndose a ellos. - Pero si es el único irrepetible e irreemplazable Park JiMin.

- Creo que lo de irreemplazable se acabó, KyHyun. - Rió otro. Eran, sin duda, algunos de los favoritos del matrimonio Min-Jeon y de otros inmortales presentes en la reunión.

- Hola, KyHyun. - A pesar de todo, JiMin sólo podía ser amable. Estaba en su naturaleza. TaeHyung calló y observó por un momento. Tenía claro que ellos era la razón por la que JiMin estaba tan nervioso de ir a esa fiesta. - Hola a todos. - Eran todo jóvenes muy hermosos. Hombres y mujeres por los que sería fácil caer. Aunque, en la fiesta había otros favoritos que parecían más mayores. Los gustos no están establecidos y menos para los inmortales, aunque sus cuerpos se hubieran quedado petrificados en una edad de pocos más de veinte años.

- ¡Oh! - El nombrado KyHyun se sentó junto a JiMin en el sofá. - ¿Qué te ha pasado? - Dijo burlón. Alzó la mano y le cogió del mentón. - Mírate, estás más delgado que nunca. ¿Dónde han quedado tus adorables mejillas regordetas? - Ahora lo entendía, JiMin se había esmerado para parecer más delgado para que ninguno de los otros favoritos pudiera arremeter contra él, seguramente algo que ya había sucedido con anterioridad, pero ni siquiera el inocente JiMin se habría creído de verdad que eso acabaría con el acoso, ¿verdad? - Estás esquelético. - Si no se reían de él por ser de rostro rendondo y tiernas mejillas abultadas, encontrarían cualquier otro motivo estúpido. JiMin, en el fondo, lo sabía, pero no podía evitar dejarse llevar por ellos. Era esa clase de persona que quería agradar a todos y a la que le afectaba mucho lo que pensaran y dijeran de él. En eso, era muy distinto a TaeHyung. - Tu amo ha tomado todo de ti, ¿eh JiMin? - Verles reírse del encantador joven le hacía hervir la sangre. Quiso decir algo, pero JiMin le agarró la mano para impedírselo.

- Y ahora que ha acabado contigo y ya no queda nada más de ti... - Continuó otra muchacha cruelmente. - ...te desechará y se ha buscado a otro. - Miraron a TaeHyung, que también parecía una presa fácil, pues no se estaba defendiendo.

- Eres TaeHyung, ¿cierto? - Quiso saber un joven más amablemente. Él asintió, sin bajar la guardia. - Trabajabas para los Kim antes.

- Así es.

- Dinos, TaeHyung. - Volvió a hablar el tal KyHyun. - ¿JiMin ya te ha contado su secreto? - TaeHyung entrecerró los ojos confundido mientras JiMin bajaba la cabeza. - ¿Aún no? ¿Seguro? - Clamó debido al gesto de TaeHyung, quien no entendía nada. - Algún secreto de cama tiene que tener para que el señor Jung no le haya dado antes la patada. Hemos apostado desde hace mucho. La mayoría dicen que es por el gran culo que tiene. Tiene que ser muy rico follarse a alguien con unos gluteos tan duros. Tiene que apretar muy gustosamente. - Declaró desagradablemente. - Otros dicen que es por su flexibilidad, ¿sabías que cuando era pequeño JiMin quería ser bailarín? - Planteó divertido burlándose completamente de él. - Yo, hasta ahora, creía que tenía que ver con que a HoSeok le ponían sus manos pequeñitas. Ya sabes, los inmortales llevan tanto tiempo teniendo sexo constante que tienen fetiches extraños. Pero viéndote a ti me rompe todos los esquemas. No tienes un culo como el de JiMin, ni pareces flexible y tus manos son bastante grandes. - Le analizó. - Sí, claramente eres lo contrario a JiMin. Será que se ha cansado de él y quiere probar cosas nuevas. - A cada frase que decía, JiMin se hacía más pequeño contra el sofá y las risas de los favoritos a su alrededor se hacían más altas.

IncubusWhere stories live. Discover now