su sangre es rara, y dulce, como vino de cereza.
joe alwyn es un reconocido doctor oncólogo, quien dedica todos sus días a su vocación y ama todo lo que hace, hasta que un día llega una desesperada madre, llamada taylor swift junto a su hija de cuat...
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capítulo tres,
"me alegra que llamara, sinceramente." le dije mientras mantenía el teléfono en mi oreja, había estado nervioso todo el día esperando ésta llamada y me había asegurado que le dieran hora en un momento donde no tuviera pacientes, quería tratarla especialmente a marjorie, ni siquiera sabía porqué ya que había tratado a niños, pero ella se sentía especial, ella y su madre eran especiales para mi, y ni siquiera sabían porqué.
"si, me alegra que me hayan dado una hora tan temprano, tendré que pedir entrar después a mi trabajo pero valdrá la pena, quiero comenzar con esto lo antes posible." dijo taylor mediante el teléfono.
si supiera que yo hice que sea tan temprano. ¿qué diría?
"las estaré esperando en la sala de quimioterapia, taylor." le dije, suspirando. me encantaba oír su voz.
"estaremos allí en unos minutos." concluyó. "muchas gracias joe, oh, quiero deci-decir doctor alw-"
"joe, taylor, soy joe." dije, sonriendo como un maldito adolescente enamorado, su nerviosismo, la forma en la que mi nombre sale de sus labios, era perfecta, era malditamente perfecta.
"joe." terminó y sentí una pequeña risita de taylor. "nos vemos pronto, joe."
"hasta ahora, taylor." cortó el teléfono y dejé mi celular en la mesa al mismo tiempo que expulsaba un suspiro de felicidad, esta mujer iba a matarme y solamente la conocí ayer.
pasaron unos minutos en los que baje a la entrada del área de quimioterapias, entonces las vi.
marjorie vestía un mono rosado con una camiseta de flores y las trenzas que tenía ayer, y le estaba dando la mano a taylor, quién estaba simplemente espectacular.
vestía un jean negro junto a unas converse negras junto a una camisa azul, su pelo suelto y con una pequeña mochila en su espalda, estaba completamente casual y completamente hermosa, tanto que me secó la boca automáticamente después de verla.
"¡hola, princesa!" saludé felizmente a marjorie, quién se acercó corriendo con una sonrisa.
"¡doctor joe!" saludo abrazándome, yo la tomé por los hombros y la levanté, girándola en el aire.
"hola, doctor." saludo tímidamente taylor, mirando con una sonrisa la escena.
"joe, taylor." corregí viéndola a los ojos.
"joe, si. perdón." dijo, mirando al suelo con una sonrisa tímida y sus mejillas sonrosadas.
pasaron varios minutos en los cuáles había preparado y acomodado a majorie en una de las máquinas.
"si, ayer por la noche pasó un poco de frío, y la noté muy decaída. estaba como... mareada." dijo taylor, intentando descifrar las cosas en su cabeza.
"es normal, pero intenta mantener esos síntomas controlados." dije, prendiendo la máquina. "princesa, ahora puede que te sientas muy mareada, pero es normal." le dije, acariciando su pelo. "si es que quieres vomitar, aquí tienes una bolsa. ¿si?" le expliqué y ella asintió con una sonrisa mientras tenía una muñeca y un dinosaurio en sus manos, y jugaba con ambos.
me acerqué a taylor, que la miraba mientras jugaba nerviosamente con sus dedos.
"tiene que transmitirle tranquilidad." le susurré, sentándome a su lado, ella me miró sorprendida pero se relajó rápidamente.
"intento hacerlo." dijo, mirando su falda. "ella es tan fuerte... es más fuerte que yo." dijo melancólica y yo la miré atenta. "ha superado tantas cosas, ha sido tan valiente..." dijo orgullosa.
"¿tiene padre, taylor?" pregunté, pasándome de la línea.
"sola no las pude haber hecho, doctor alwyn." dijo, con una sonrisa que me hizo soltar una sonrisa también. "no se quiso hacer cargo, me dejó sola." explicó.
"no sabe de lo que se pierde entonces." dije, mirando cómo marjorie jugaba con el dinosaurio.
"exactamente..." dijo, mirándome fijamente. "¿puedo hacerle una pregunta, doctor?"
"joe, y si, puede." le dije, devolviéndole la mirada.
"¿por qué está aquí?" preguntó bruscamente. "quiero decir... no creo que quiera perder su tiempo aquí, cuándo podría estar haciendo otras cosas..."
"prefiero estar aquí, si es que no le molesta." le dije levantando una ceja.
"para nada." respondió rápidamente. "es mejor tenerlo aquí..."
pasaron 30 minutos en los cuales marjorie se había sentido bien, pero luego comenzó a sentir mareos fuertes y hasta vomitó levemente, taylor estuvo al lado de ella todo el tiempo, sujetándose el cabello, acariciando sus manos y pelo y hablando con ella para distraerla.
"¿joe?" me llamó marjorie, a lo que la miré y abrí mis ojos en forma de que hablara, que la estaba escuchando. "¿podrías venir a comer esta noche a casa?" preguntó esperanzada, a lo que miró suplicándole a su madre, quién la miró con una ceja levantadas.
"recuerda que abigail y selena van a comer hoy." me dijo, acomodándose un mechón de pelo. "además, no sabes si el doctor puede venir o no."
"no será molestia, si es que no causó una." le dije, mirando a taylor en sus ojos azules.
"para nada." rió.
"entonces allí estaré."
"te mandaré la dirección." dijo y sonrió.
"la estaré esperando entonces."
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oooo jaylor van a una cita, lloro!! ¿les gustó el capítulo?
