Redhead ; scarletwidow / Wandanat.

.55.

-Quiero que sepas, por sobretodas las cosas... Te amo, Wanda. - Sollozo y ella no me mira a los ojos, sólo golpea su pie en el suelo de manera repetitiva y rápida.

La habitación está como dividida en dos partes, ella desde el sofá en la otra esquina y yo en la camilla esperando una salvación.

Esperando que aún me ame.

-No me hables de amor. - Murmura mirando el ventanal.

Su rostro está notoriamente cansado, tiene la marca de aquél rasguño en su frente, también golpes que poco a poco se van destiñendo, un par de marcas rojas bordeando sus manos y antebrazos descubiertos.

-Wanda... - Susurro con un hilo de voz y ella niega.

-No, Natalia. Suficiente. - Su tono es duro. - Me mentiste. ¿Cómo vas a justificarte?

Es cierto, lo hice. No tengo justificación para ello, sólo el miedo.

-Prometo que... - Me interrumpe.

-Basta de promesas que no vas a cumplir. No puedes arreglar todo con promesas. - Se levanta y mira por el ventanal. - Me decepcionaste.

Mierda... Eso sí quema, como no se imaginan...

-Wanda, no. - Me levanto rápidamente y mis piernas no responden. Me sostengo de la camilla para no caer.

Ella lo nota y se acerca para tomar mi cintura.

-Con cuidado... - Me obliga a sentarme en la camilla y yo le agradezco en un murmuro casi inexistente.

Esto me recuerda a como empezamos todo... Ella y yo en una camilla siendo vigilada por la otra.

-¿Visión y tú...? - Me mira enojada y noto que la he cagado más.

-Estoy molesta contigo, no voy a engañarte por eso. No soy así. - Irónico...

-A Visión lo engañaste conmigo por estar molesta con él. - La miro directo a aquellos ojos verdes que me provocan calma dentro de éste remolino de ansiedad que estoy sintiendo.

-No estaba enamorada de él. - Gruñe. - Esa es la diferencia.

Tomo su rostro y la obligo a mirarme a los ojos.

-¿Y de mí? - Se queda en silencio y quita mis manos de sus mejillas.

-¿Vas a decirme por qué mentiste o evitarás el tema constantemente? - Se aleja de la camilla y se apoya en el otro extremo de la habitación.

-Tenía miedo de quedar embarazada. - Espeto, ésto realmente deja un sabor amargo en mi boca.

-¿Miedo? ¿Sí no querías bebés por qué insistías en tener hijos conmigo? - Solloza.

Su voz ya no es dura, es más bien una voz adolorida. Ella realmente está sufriendo, pero no la siento, no me lo permite.

-Porque quiero hijos contigo. Quiero que un niño me llame mamá y tenga tu rostro, Wanda. - Mis ojos están llenos de lágrimas y miro un punto fijo en la pared de azulejos.

¿Dónde es este sitio? No es la enfermería del complejo.

-No mientas. - Wanda acaricia el cristal y lleva su mano a su rostro. Deduzco que está quitando algunas lágrimas.

-No lo hago. Lo que más anhelo es verte embarazada. - Mis lágrimas caen empapando mi rostro. - Créeme.

Ella niega y jala su cabello algo frustrada.

-Podrías haberme dicho que no te sentías lista para traer a mi hijo en tu vientre, somos adultas. Lo habría entendido. - Me mira y su rostro de dolor sigue allí.