𝐖𝐈𝐍𝐆𝐒 ──𝐋𝐞𝐯𝐢 𝐀𝐜𝐤𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧

𝐬𝐢𝐞𝐭𝐞

La clave.
Adeline Jeager.

El agua cayó en mi rostro, restregándolo en el momento en que decidí dejar de sentirme soñolienta. Me quede sostenida del lava manos un instante, como si intentara reflexionar sobre las situaciones que albergaban a mi alrededor. Llevaba mi uniforme puesto, estaba formal, sabiendo que hoy sería un día agrio, y arduo. Mis nervios no podían sostenerse, y era por eso que no podía salir de este baño antes de que la corte diera inicio al juicio. Apreté mis nudillos con fuerza, quería confiar ciegamente en Erwin, quería creer que todo estaría bien. Tenía nauseas, me sentía mareada, la situación me estaba dejando pálida. La tensión de saber qué sucedería, me volvía loca. Era difícil acoplarse, o manejar la tediosa situación de que la única familia que tenía en este mundo, estaba al borde del hilo de su vida, por la razón de ser lo que algún día más odio. No encontraba lógica de donde Eren pudo sacar tal poder, que lo llevara en su sangre como si hubiera venido con su genética. Había algo más que sobrelleva eso, había algo más que sucedió, que claramente dejamos pasar. Acomode mi uniforme, y amarre mis correas, dejando mi cabello amarrado en una coleta baja; mientras que estaba mi coleta en la parte de mi hombro izquierdo, con uno que otro flequillo.

Termine de arreglarme, viendo esas facciones, era como si la viera; era como si mamá estuviera a través de mi. Salí del baño, veía aquellas columnas, estaba en la corte donde sería el juicio de Eren. Varios policías militares se encontraban alrededor, yendo a la sala donde se dirigiría el caso. Muchos que tenían conocimiento sobre mi apellido, y mi lazo con él, me miraban de arriba a abajo, pero realmente, no le ponía la más mínima atención. Me quede retenida en la pared, llevando mi peso en él. Viendo a varios ex compañeros reclutas pasar por mi lado, algunos también de las tropas de guarnición, a quienes les guardaba respeto, y un buen cariño. Sonreí de lado, y saludé algunos, quienes tuvieron la empatía de procurar por mi, pero continué caminando para evitar alteraciones de murmuras que irían en torno a mi, o a mi familia. Trague saliva, y me recosté de una columna, lejos de la calumnia que la gente de estas elites me provocaban. Suspire gruesamente, llevando mi mano a mi frente, sintiéndome sumamente pesada. Mi equipo estaría a los alrededores, esperando impacientes el comienzo del juicio, pero quede aliviada en cuanto sentí una mano en mi hombro. Alce la mirada, y lo observé, pero algo en mi se desilusionó.

-Erwin.-le llame, mirando sus azulados ojos, y como se paraba aún lado de mi.

-¿Esperabas a Levi?-me preguntó, y vagamente negué.-Pareciera que si.-opinó con toda franqueza, una que respetaba de él.

-Estoy tensa.-le afirme, dejando de mirarle, para mirar algún punto ajeno a él.-Mi mente está en blanco, y me siento con malestar.-le contaba.-¿Aún no empieza?-le pregunté, decidiendo mirarle, para ver cómo él denegaba.

-Están esperando que Eren llegue, lo trae la policía militar.-me contaba.-Relájate, sabrás que muchos intentarán de atracarlo, inclusive a ti. Deberás permanecer con una postura fuerte.-aconsejaba, mientras que asentía, y recostaba mi cabeza del muro.

-Si fallamos... no me lo perdonaré.-sostuve en un tono bajo, observando a las personas pasar por nuestro lado.-Jamás lo haría.-continuaba diciendo, sintiendo un vacío al imaginarme una vida sin mi hermano.

-No fallaremos.-afirmaba Erwin con suma seguridad, veía sus expresiones, su seriedad me afirmaba que en cualquier caso; tendría un as bajo la manga.-Confía en mi.-me pedía, volviendo a llevar su mano a mi hombro.

-Son muchos años, podría dejar mi vida en tus manos, sin importar que muriera; sé que inclusive eso, podría traer algo bueno.-le dije, mirándole detenidamente a los ojos, sintiéndome agradecida por su presencia, mientras que él cambió la mirada, y en su dirección pude ver al escuadrón que yo manejaba con Levi, a quien veía caminar de manera vaga junto a ellos.