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04࿔

—¿Cambios? No necesitas cambios. —negó la castaña mientras caminaban en dirección a su casa.

— Claro que sí, sólo dime que debo cambiar para ser mejor amigo. —insistió mirándola.

— Beom, tú me has dicho un millón de veces lo inmadura y torpe que soy, ¿por qué me preguntas a mí? —preguntó desconcertada.

"Porque me gustas, y quiero cambiar para ti..."

— Porque eres mi mejor amiga, y tu opinión es superior. —justificó.

— Bueno, a mí gusta cómo eres. —contestó encogiéndose de hombros.

— Oh, vamos, debe haber algo en lo que quieras que cambie. —volvió a decir.

— Nada Beomgyu, absolutamente nada, eres perfecto tal cual eres, con todo y tus ratos de mal humor, pero así es el Beomgyu que amo. —dijo con seguridad.

"Si tan sólo me amaras como yo te amo, o en el sentido en el que yo lo hago..."

— Bien... —alargó rendido.

Y en unos minutos ya estaban fuera de la casa de su castaña amiga. Subieron al elevador hasta llegar a su piso, para luego entrar en el departamento donde vivían sus padres, su hermano y ella.

Quizá un departamento era muy pequeño para todos, pero casi nunca estaban sus padres, y su hermano salía todo el tiempo, por lo que prácticamente la casa era toda suya.

— ¿Quieres ver alguna película? —preguntó la chica dejando su mochila sobre el sillón.

Iba a responder, pero su mente hizo click.

—Tú escógela. —respondió tomando asiento en uno de los mencionados.

A ella le pareció extraño, pero no podía quejarse, ya estaba siendo un ventaja.

Prepararon bocadillos para ver la película, y una vez que tuvieron todo listo, la función empezó...

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La mitad de la película había transcurrido, y no estaba siendo tan aburrido como Beomgyu pensó.

La chica había decidido ver "Intensamente", una de sus películas preferidas.

Ella estaba recargada en el hombro del castaño, mientras este tenía su brazo sobre los hombros de la chica.

De pronto la luz se fue, dejándolos en completa oscuridad. Ya estaba oscuro afuera, lo que los dejaba en las penumbras.

La castaña abrazó a Beomgyu en forma de refugio, y él, como el buen enamorado que era, se dejó.

— Hey, tengo que buscar una linterna. —le dijo, pero ella se negaba a soltarlo. — Vamos, sólo será un segundo.

Pero ella se negaba a ceder, y lo abrazó más.

— Un minuto, dame un minuto y regreso. —ella pareció pensarlo, y luego asintió.

La separó y se levantó, con lo poco que podía ver logró llegar hasta la cocina, buscando entre los cajones alguna lámpara.

Y treinta segundos después la castaña llegó corriendo a la cocina, abrazándolo por detrás.

Él se sobresaltó un poco ante el tacto, pero lo que en realidad lo alarmó fue el cuerpo tembloroso de la chica.

—¿Qué pasa? —preguntó dándose la vuelta, y tomó su pequeño rostro entre sus manos.

Ella no podía hablar del terror que sentía, pero el saber que Beomgyu estaba con ella la relajó un poco.

— E-En la sala, v-vi una sombra en la sala. —explicó con la voz temblorosa.

— ¿Una sombra? Pero si está totalmente oscu-

— ¡Te juro que era una sombra! —gritó alterada y sin más lo abrazó, ocultando su cara en su pecho.

— Bien, bien, te creo.

Y las constantes caricias en su espalda lograron relajarla. Una vez que estuvo más calmada, el castaño la tomó de la cintura y la subió a la barra de la cocina.

— Espera un segundo, sólo buscaré la linterna.

La tenue luz de la luna alumbraba tan sólo un poco, pero lo suficiente como para que Beomgyu se diera cuenta de la cercanía que tenían sus rostros, y el pequeño destellar de los ojos de la chica.

Podía sentir la respiración de la chica chocar y mezclarse con la suya.

— Beomgyu... —susurró la chica, pues sentía el mismo chocar de sus cálidos alientos.

Y entonces reaccionó. No podía ser débil ante sus impulsos, no ahora.

— P-Perdón, es sólo que me distraje. —articuló siguiendo con su búsqueda.

Por alguna razón la chica esperaba sentir en algún momento los labios del castaño con los suyos, pero eso no pasó.

¿Qué demonios digo? Es mi mejor amigo, sólo eso... Sólo... ¿Eso?...