Dieciseis

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Detonar.

Hecho que puede desencadenar o provocar una acción.

¿Cual era ese hecho?

No lo sabía, no sabía cuales eran los detonantes de mi vida en particular. Puede ser una palabra, un movimiento, incluso alguna acción de mi interior. Solo ocurría para provocar diversas situaciones.

El detonante de contarles a mis padres sobre mi orientación sexual, había sido las constantes crisis de pánicos.

El querer estudiar derecho, el detonante fue mi deseo de hacer justicia, de poder ser política.

El detonante de bajar de peso, fue que ya no podía seguir de la forma en la que me encontraba, no podía seguir destruyendo mi cuerpo, porque más que lo estético es tu salud la que está en juego. No quería morir por una insuficiencia cardíaca, o porque la diabetes podría ser tremenda, hipertensión y todas las enfermedades que vienen producto de la obesidad.

Su salud no es un juego, por eso es importante cuidarse.

Solo está permitido tomar Coca Cola sin azúcar porque yo lo digo.

Pero volviendo al punto, el hecho de que me gustaran las mujeres, no se cual fue ese detonante, siempre he pensado que nací con ese gusto. Pero siempre me he preguntado ¿cual sería un detonante para volver a estar con Camila?.

Eran las dos de la mañana y yo pensando en mi vida, mientras miraba el techo de mi habitación. Estaba sola, mis padres habían ido a cuidar a mis sobrinos porque mi hermano iba a salir con mi cuñada por lo que se quedarían con ellos allá, dejándome a mi sola en esta casa cuestionándome aún más mi vida de lo que podía.

Camila me confundía, claramente lo hacía, era imposible no hacerlo cuando sabía que estaba celosa de Camille, que le molesto el hecho de que yo haya estado con otras chicas durante este tiempo. Cuando tomo mi mano, la forma en la que bailamos ese día, nuestras conversaciones, entre tanta cosa, ella hacía que mi mundo se pusiera de cabeza.

Pero también entendía que no podía ser un atrevida y enfrentarla o intentar algo con ella, tenía algo de miedo por todo lo que me dijo antes, y también por qué no sabía si estaba bien. No quería volver a enamorarme de ella como lo hice en el pasado, no quería sentir todo lo que sentí, por ese motivo me cuestionaba tanto si intentar algo o no.

La deseaba, claro que lo hacía... ella era irresistible y para mi no se comparaba con nadie más, no digo que no pueda estar con alguien porque si puedo, solo que ella tiene algo que me atrae, supongo que nuestros sentimientos siempre fueron más fuertes.

-¡Basta de pensar!.- exclamé dándome vuelta en la cama. -Debería estar viendo una película de lesbianas, pero ya me las he visto toda.- murmuro para mi misma.

Me puse de pie bajando las escaleras con mi celular en mi mano, para sacar una botella de coca cola sentándome en la cocina.

-¿A quien puedo molestar a las 2 de la mañana?.- cuestionó.

Abrí TikTok, y la verdad no me concentre en lo absoluto. Abrí Instagram y pura basura junta, no entiendo para qué seguía a tanta gente cuando sus historias me aburrían, nada me distraía. Hasta que abrí mi aplicación de mensajes de texto, mirando entre mis contactos.

-Camille...- dije con una media sonrisa. -¿Y si le hablo y le hablo a Camila para un trío?.- me reí de mi propia estupidez mental. -Capaz que la morena me tire al balcón.-

Así que decidí molestar a Camila, porque ella era la que no me dejaba dormir pensando en cuestiones filosóficas, como la palabra "Detonar".-

¿Estás despierta?.

El amor está subestimado Where stories live. Discover now