Parte 21

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El siguiente día cuando despertó Samuel levanta la mano para alcanzar espalda de Carla, pero al sentir que no se encuentra con lo que espera abre los ojos y se levanta de inmediato. Mira a otro lado de cama donde se encuentra Carla sentada en su ropa interior, el sol entra atreves la venta y fue más que obvio que Carla no lo estaba pasando bien.

-¿Carla?

Samuel se levanta y acerca a ella, mas confundido que nunca.

-¿Sera que ahora deberíamos tener esa conversación? – cuestiona el castaño

Carla bajo mirada con ojos llenos de lágrimas, su debate sigue y ahora tendría que decírselo a Samuel.

-Necesito irme de aquí.

-¿A casa de tu madre?

Samuel la toma por la mano, acariciándola suavemente.

-No puedo así, no puedo...

-Carla, de verdad no te entiendo, cuéntame todo lo que te pasa, sabes muy bien que soy el único que puede ayudarte.

Carla suelta la mano de Samuel, le mira en los ojos y sabe que tiene que hacerlo ahora mismo.

-Cuando me tomas por la mano, cuando me besas o incluso cuando me miras con estos ojos no me siento capaz de decirte lo que tiene que salir de mi cabeza. No me haces difícil, decirte adiós nunca ha sido fácil, de hecho.

-De eso se trata... - susurra, ahora atando cabos

-No tiene sentido seguir mintiéndote, de todos modos me conoces mejor que nadie, en eso tienes razón.

-¿Quieres irte de acá? ¿A Estados Unidos? ¿Es eso? – cuestiona desconcentrado

-No, esta vez quiero irme a Londres.

-¿Londres?

-Yo no sé qué será de mi vida acá después de muerte de mi madre, te tengo a ti, solamente a ti.

-¿Y eso no es suficiente?

-No se trata de lo que es suficiente o no, Samuel – responde cansada

Samuel siente como todo el mundo se detiene, los miedos volvieron de nuevo, los mismos miedos de siempre, ahora entiende que no es una casualidad que anda sonando tanto despertarse solo, es porque uno de esos días de verdad se despertara solo, sin Carla.

-¿Pretendes huir toda la vida?

-No estoy huyendo – le aclara

-Es lo que haces, es lo que siempre has hecho, huir de mí y de nosotros. Cuando la vida te parece muy difícil tú huyes, es lo que haces y tienes que reconocerlo.

-¿Te crees que quiero quedarme acá toda la vida recordándome de todo lo que había pasado? ¿De todo el dolor de perder a mi amiga, mi ex novio de toda la vida y mi madre?

-¡Me tienes a mí! – levanta la voz

-Te quiero, dios es mi testigo de todo lo que tuve que pasar para poder volver aquí, volver a estar contigo, eso no lo puedo negar.

-Mi corazón es totalmente roto, siempre es roto... siempre.

-No digas eso – dice entre lágrimas

-Estábamos bien desde que llegaste, pero nunca supe que realmente no quieres seguir viviendo acá. Si lo supiera me dejaría llevar por lo que esa chica sintió por mí, estaría con alguien quien me quiere, no es la primera vez que mi corazón está roto, pero será la última – susurra entre lágrimas

Carla le toma por la mano, ambos pasaban por un momento difícil, la rubia ni siquiera estaba segura de querer irse, era solamente una idea que podría convertirse en realidad debido a reacción de Samuel.

-Te he querido mucho y lo sé porque he sufrido también, me has hecho tanto daño antes, pasándote por muerto y...

-¿Aun estamos hablando de eso? ¿Aun me vas a decir que te hice tanto daño que debería dejarte ir y olvidarte? ¿Eso quieres? ¿Quieres que te olvide para siempre?

-No, no quiero...

-¿Qué quieres? ¿Podrías ser sincera y decirme que quieres? – grita

-¡A ti, te quiero a ti! – grita también

Después de tantas cosas dichas y todos los gritos, ambos se miran en los ojos, sabiendo que no pueden evitar lo inevitable, empiezan besarse con mucha desesperación, Carla lo necesitaba como una droga y Samuel quería estar con ella antes de llegar a tener una conversación bastante seria lejos de su habitación y con ropa puesta.

Carla se acostó sobre la cama, Samuel se inclina sobre ella, empieza besar su cuerpo lentamente de manera más pasional, recorriéndola con labios desde los pechos hacia abajo, lo que le hace sentir un placer grande, sobre todo cuando se atreve provocarla al rozar sus bragas con la nariz.

En ese momento Carla se levanta besándole en labios y sentando sobre sus rodillas, se besan de manera más loca y provocativa, no querían resolver problemas con sexo, pero esta vez no se resistían

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En ese momento Carla se levanta besándole en labios y sentando sobre sus rodillas, se besan de manera más loca y provocativa, no querían resolver problemas con sexo, pero esta vez no se resistían.

Samuel baja el bóxer mientras ella sienta sobre su miembro duro, empieza moverse rápidamente, pasando con las manos sobre pelo del castaño quien cierra los ojos y muerde labio del placer que siente, lo mismo hace Carla.

Samuel baja el bóxer mientras ella sienta sobre su miembro duro, empieza moverse rápidamente, pasando con las manos sobre pelo del castaño quien cierra los ojos y muerde labio del placer que siente,  lo mismo hace Carla

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Una cosa estaba clara – estaban locos uno por el otro.

Después de ti |CARMUEL|Where stories live. Discover now