Después de ti |CARMUEL|

Parte 24

Samuel estaba demasiado misterioso últimamente, ni Carla ni Guzmán entendían que fue lo que le está pasando. Samuel no era frio, pero si fue un poco calculador, quería planear cada momento de su vida, su futuro.

Estaba consciente de que está perdiendo a Carla, ella se irá a Londres y no puede hacer nada para convencerle de dejar esa idea atrás.

Ningún gesto romántico podría hacerle cambiar la idea, después de llevar días pensando en que hacer por fin vio cosas de punto de vista de su novia.

-Soy idiota... - decía

Estaba presionando a Carla y eso le hacía sentirse mal, no quería volver a hacerla sentir así.

Ahora estaba decidido a buscar dinero o alguna manera de obtener la beca, no sabía cómo pero sabía que quería hacerlo. Se atrevió preguntarle a Guzmán, pero él no podía ayudarle, el también tenia sus planes para el futuro, podía darle un préstamo pero eso no le ayuda mucho.

-Lo siento, Samu... te puedo dar la cantidad que te comento, con el resto vas a tener que encontrar otra solución – decía lamentando la situación

Samuel acepto el dinero con promesa de devolverle, pero eso no significo mucho, aun no podía pagar todos los gastos que tendría.

Por la tarde paso por casa de Carla, recibió llamada de Beatriz y eso le altero mucho, primero lo que se le pasa por cabeza es que si le llama a él es porque algo malo está pasando.

-Tranquilo, siéntate... - decía la mujer

Beatriz estaba cada día peor, físicamente también.

-Ayer recibí llamada de un amigo mío que es bastante rico y conocido aquí en Madrid, me decía que andas buscando manera de financiar tu vida en Londres, ganar la beca y otras cosas más – comenta

Samuel maldiga a sí mismo, sabía la influencia que Beatriz tenia y ahora sentía vergüenza.

-Mierda...

-¿Quieres irte con mi hija?

-Esa era la idea, aunque hace unas semanas tuve otra opinión al respeto a su decisión de irse.

-No tienes que seguir buscando trabajos o manera de financiarse, yo te voy a ayudar.

Samuel le mira confundido, lo que quería decirle era que quería darle dinero y Samuel sabe que su respuesta seria negativa.

-Yo tengo dinero que voy a darte, estoy muriendo y mi deseo es que mi hija este feliz.

-Yo no voy a aceptar ese dinero – decía de inmediato

Beatriz se frustra ante respuesta de Samuel.

-Piensa bien, si no lo aceptas vas a quedarte aquí y Carla se irá porque ella no soporta vivir en un lugar donde todo le recuerda a la muerte, ¿entiendes?

Samuel baja mirada, asintió con cabeza.

-No puedo, es mucho dinero.

-Lo estamos haciendo por la felicidad de mi hija, piénsalo y llámame en unos días, ¿si?

Samuel se fue caminando a casa, la propuesta de Beatriz soluciona todos sus problemas pero le hace sentir mal, le hace sentir como un pobre chico que no tiene suerte en vida y nunca la tendrá.

Entra en casa y allí se encuentra con Carla que ordeno sushi y preparo la mesa.

Samuel la mira y entiende que no va poder vivir sin ella, que todas esas discusiones no valían la pena.

-¿Preparaste sushi? – bromea al acercarse a ella

-¡Muy chistoso!

Samuel le saluda con un beso en labios y queda mirándole un rato más.

-Lo siento por cómo me comporte con contigo, no te lo mereces, yo fui enojado y furioso con miedo de perderte.

-No estoy segura que quiero hablar de eso, ya no quiero pelear – decía frustrada

Samuel asintió con cabeza, tenía que dejar ese orgullo atrás y aceptar dinero de Beatriz, sabía que igual no era completamente correcto pero era también la gran voluntad de Beatriz.

-Yo tampoco, me iré contigo.

-¿Qué dijiste?

-Me voy contigo a Londres, vamos a pasar el tiempo que nos queda aquí, ocuparnos de tu madre y cuando tu decidas nos vamos a Londres, ¿Qué te parece? – decía sonriente

En vez de darle respuesta, Carla le besa en labios.

-Me parece que te amo mas con cada día que pase y que me enamore de un chico maravilloso que se convertirá en mejor hombre del mundo – susurra

-Te amo, mi amor... y al parece voy a tener que decirte I love you, baby en cuanto llegamos a Londres – bromea

Samuel le devuelve el beso, al parecer todo parecía volver a normalidad, estaban preparados para esos últimos meses de vida en España.