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¿Por qué siempre hacías todo tú solo? ¿Por qué sigues apartando al resto y no pides ayuda? Eres tan cerrado que me irrita, pero somos iguales.
Puede que el resto no haya sido capaz de ver la cruz que cargabas y se que es egoísta...
No quería admitirlo, pero me ví reflejada a mí misma viéndote cargar todo en tu espalda por los demás.
¿Por qué siempre hacías todo tú mismo? ¿Por qué sigues apartando al resto y no pides ayuda? Eres tan cerrado que me irrita, pero somos iguales.
Puede que el resto no haya sido capaz de ver la cruz que cargabas y se que es egoísta pero, por favor, déjame ayudarte una sola vez Baji. No puedo aceptar que intentes solucionar las cosas así.
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Año 2005, y la tasa de casos por abusos sexuales entre el año pasado y este es de 1,7. Relativamente poco ¿Verdad? Nunca se te cruzaría por la cabeza que podrías formar parte de la tasa en un país tan seguro como éste.
—A-Aiichiro… chan.
Aún así te sientes insegura caminando de noche en la gran ciudad, las calles de Tokio por más iluminadas que sean y por más tránsito que haya siguen siendo tenebrosas para el género femenino. Pues siempre te cruzas algún que otro pervertido al que hay que acomodarle las ideas de un puñetazo.
«—Se encontraron fluidos en sus partes íntimas y cavidad bucal, ella tiene dos costillas rotas, un hombro dislocado y golpes superficiales ya tratados »
La noche perfecta en la gran ciudad, con mucha gente presente, una muchacha en compañía de su novio a punto de volver a casa de la primer mencionada a la hora que el novio coordino con los padres de su pareja ¿Había algo que pueda salir mal?
—… fue violada.
Nunca imaginarías que alguien a quien tanto quieres forme parte de la tasa de violaciones por año, nunca imaginarías que por un ajuste de cuentas que parte de tu segunda vida terminaría por afectar a tus seres queridos.
«Mi ideal es protegerlas, no ponerlas en riesgo solo porque son mis amigas»
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—¿Revelar al verdadero cabecilla de Ankō fue buena idea, capitana?
¿Hace cuánto tiempo no hacía de las mías?
—¡Claro que lo fue! Ahora que Kurō-san estará peleando con nosotros pondremos verdadero orden.
Supongo que me aburrí de mandar a hacer lo que tranquilamente podría haber hecho yo misma desde un principio.
—Hacía falta recordarles mantener el pene dentro de sus pantalones— susurré mirando a mi alrededor, asegurándome de haber completado mi propósito
—Como sea, ya acabamos aquí, nos vamos— dijo Yuu a mis espaldas —… Kurō-san, debo llevarte a casa.
—No, aún no— me acerco a uno de los bastardos responsables —. Aún no es suficiente.
