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¿Por qué siempre hacías todo tú solo? ¿Por qué sigues apartando al resto y no pides ayuda? Eres tan cerrado que me irrita, pero somos iguales.
Puede que el resto no haya sido capaz de ver la cruz que cargabas y se que es egoísta...
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Resoplé y al ver como se movió un pequeño mechón terminé embobada soplando mi fleco por un buen tiempo, siempre lo hacía cada vez que me aburría con la tarea.
Natsuo se había mudado a la habitación de Fuyu porque le molestaba que siguiera con la luz encendida, que se joda, no había nada más entretenido que hacer mi tarea a última hora. Estaba tentada a dejar la tarea sin terminar hasta que el sonido de mi teléfono me distrajo, un mensaje de Baji.
“podrías abrirme la puerta?”
Busqué una chaqueta y me coloque mis pantuflas para ir a ver que quería, el bastardo era capaz de comenzar a tocar el timbre, golpear la puerta o entrar sin problema si no le abría.
—¿Pasó algo?— comento abriendo la puerta con Baji apoyado en el marco.
—No podía dormirme —hace un puchero.
—Que lástima, yo sí puedo — sonreí y antes de cerrar la puerta él me tira desde la muñeca hacia afuera y cierra la puerta detrás de mí — ¡Oye! Mañana tenemos clases, tengo que dormir.
—Haruka, mañana es sábado — ríe —. Puedo preguntar por qué no te veo muy seguido.
—Eso debería preguntar yo —bufé — y cuando vuelvo a saber de tí te encuentro peleando y luego me entero que estás suspendido.
—Ah, bueno, me excedí está vez y Mikey se quedó sin paciencia — hace una mueca —. Al parecer Mucho lo puso en mi contra para que me expulsen y terminé con el mejor resultado esperado. Aún así terminé peleando con Mikey otra vez.
—Keisuke te dije que no fueras imprudente— le regañe y me cruce de brazos «Estás rompiendo nuestra promesa»
—Mmm… Te parece si subimos, tomamos un chocolate caliente y miramos una película, como disculpa — sonríe inocentemente.
«Mierda, deja de sonreírme así.»
—Tengo tanto sueño que no puedo caminar, lo siento— me excuse.
—Eso puede solucionarse —comenta y me carga como un saco de papas para comenzar a subir las escales.
—¿Acaso tienes idea en lo que te metes cargando así a una persona que practica defensa personal desde que puede caminar por su cuenta?— interrogue, estaba comenzando a marearme — Tienes al menos cuatro puntos vitales descubiertos.
—Esta bien — en un ágil movimiento cambia de posición y ahora me carga como un bebé —¿Y ahora?
—Tres, y son de los más sensibles — señale y él alzo las cejas —. El filtrum de tu nariz, tu nuez de Adán y… ¡Hey, sube tus manos!
—Ops, se resbalaron — bromea —. Continúa, te ves tierna cuando hablas de temas que te resultan interesantes.
—Se supone que tú también deberías saber de esto, las artes marciales estudian los puntos vitales — entre cierro mis ojos — y te dije que subas las manos o te las cortaré.
