the love of my life will always be you

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31 de Octubre

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31 de Octubre. 2005

Yumiko.

   «—¡Mamá, necesito una ambulancia rápido!— exclamé rápidamente al teléfono, no me gustaba preocupar a mi madre pero está situación lo requería, simplemente le pase la dirección para cortar. »

   Cuando me dí la vuelta, ella ya se estaba interponiendo entre Keisuke Baji y una navaja que este último estaba sosteniendo. El grito de Chifuyu me aturdió, la desesperación de los Bin se me contagió y lloré silenciosamente sin poder contener el dolor que mantenía preso a mi corazón.

   Natsuo daba órdenes que no lograba escuchar pero aún así las realicé, me tocó llevar a la señorita Kurō hasta la ambulancia.

—Esta fría— murmuré sin poder creerlo, su rostro tenía lágrimas secas y una pequeña sonrisa. Aún así se veía tan hermosa como siempre.

—¡Avanza!— reclamó Draken cargando a Baji sobre su espada, el enano pelinegro también estaba inconsciente pero él no me importaba.

   Quien se subió de acompañante en la ambulancia fue Chifuyu, él debería estar emocionalmente peor que cualquiera de nosotros, podría haber ido yo pero simplemente no tuve el coraje para -seguramente- despedir a la chica que amo en un vehículo hospitalario en movimiento.

   «Por favor no te vayas»

   Como el cobarde que soy, me quedé ayudando a Natsuo y luego corrimos juntos hacia el hospital. En ese momento solo importaba ella, a tal punto que terminamos olvidándonos que traíamos nuestras motocicletas con nosotros y solo corrimos, después de todo el hospital de mamá no estaba muy lejos de aquel tiradero de chatarra.

   Cuando llegamos ella estaba dentro del quirófano y solo nos quedó esperar en el pasillo más cercano. Para nuestro más grande pesar, a nosotros cuatro como “guardia real” nos tocó el deber de darle un informe vía llamada telefónica al padre de la princesa de brillante armadura.

—Esto no puede estar pasando— se lamentó mi primo mientras reposaba su cabeza en sus manos a nadie le importó el teléfono que calló al suelo y se hizo añicos. La voz de Natsu tembló al mencionar esas cinco simples palabras, sus sollozos no se hicieron esperar y fueron tan contagiosos que otros tres idiotas de metro ochenta en adelante se unieron al llanto y al lamento, la máscara de seriedad se nos había caído en el preciso instante en el que cortamos la llamada con Kurō Nekkon.

   Su hija seguía en cirugía y él estaba haciendo todo lo posible para llegar antes de que fuera demasiado tarde, si bien ambas cirugías iban bien esos dos aún estaban entre la vida la muerte.

𝑳𝒂 𝑮𝒂𝒕𝒂 𝑬𝒏 𝑬𝒍 𝑻𝒆𝒋𝒂𝒅𝒐 | ᴮᵃʲⁱ ᴷᵉⁱˢᵘᵏᵉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora