𝑳𝒂 𝑮𝒂𝒕𝒂 𝑬𝒏 𝑬𝒍 𝑻𝒆𝒋𝒂𝒅𝒐 | ᴮᵃʲⁱ ᴷᵉⁱˢᵘᵏᵉ

╣𝟸𝟾╠

[10/Julio/2021]

   Salí del baño y tallé mis ojos con mis nudillos mientras soltaba un bostezo y atravesaba aquella horrible habitación de hospital hasta llegar a mi bolso por mis cosas para comenzar a cambiarme. Éste lugar simplemente me agotaba mental y físicamente con solo estar parada, de no ser por Keisuke esta semana ya me hubiera vuelto demente.

—¿Qué hace una chica tan bonita sola un sábado?— me sobre salte al escuchar esa voz en mi espalda. Agradecía al menos llevar ropa interior y pantalones puestos.

—Idiota, casi me da un infarto — me volteo enojada hacia Baji apoyado en el marco de la ventana —¿Qué haces? No deberías estar aquí.

—¿Es un delito querer salir con mi novia un sábado por la noche?— sonrió y reposó su cabeza sobre su palma.

—¿Salir a dónde? No podemos — arqueé una ceja y acomode el top de mi pijama para acercarme a él.

—De que podemos, podemos — me da un pequeño beso —. Solo que nadie puede enterarse ¿Qué dices? Una cita clandestina.

   Reí y tome su mentón con una mano :—¿Y cómo iremos? Nos atraparán si salimos así nada más.

—Descubrí que mi moto estuvo afuera todo este tiempo, revise el toppuku de Valhalla y las llaves seguían allí—  mencionó entusiasmado, tal parece que todos en Tōman olvidan que Baji es… Baji —. Tranquila, será una cita express.

—Si nos atrapan te echaré toda la culpa — acepté, él asintió de acuerdo antes de unir nuestros labios por unos segundos.

—Ponte ropa cómoda, vuelvo por tí en cinco minutos — comenta al separarnos y se marcha dejándome intirgada. Este chico está volviendome loca.

◼️◾◼️

—¿Vas a decirme a dónde vamos?— interrogue mientras nos subimos a su moto.

—Mmm, por ahí— se encongió de hombros y le rodee la cintura para sostenerme — ¿Cenaste? Primero pasemos por comida.

   Los diez días que se supone que deberíamos estar internados afortunadamente se reducieron a solo una semana, nuestras heridas no estaban del todo cerradas pero sí estaba en orden todo lo demás y mañana por la mañana nos dejarían volver a casa, aunque le mencionamos a todos que saldríamos por la tarde “por unos últimos estudios” cuando en realidad solo queríamos sorprenderlos llegando a la reunión que concluía el Halloween sangriento. Seguramente nos regañarían hasta nuestros propios subordinados, pero sería un lindo detalle pasar a saludar y escuchar en que termina esa horrible pelea.

   Hicimos una pequeña parada al restaurante de siempre, por la comida de siempre, luego seguimos viaje mientras observaba con atención el camino para intentar decifrar hacia donde nos dirigíamos, pero fallé en el intento al estar embobada con las hermosas luces de colores y decoraciones del pasado Halloween que aún quedaban en algunas tiendas. Hasta que no me dí cuenta cuando la contaminación lumínica comenzó a disiparse, estábamos cerca del templo Musashi o eso creí