capítulo cinco.

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Cuando Soojin le dijo que quería hablar con ella, Shuhua asumió que la apartaría a un lugar más aislado y le diría lo que tenía para decirle. Nunca pensó que acabarían en un café, con la mayor haciendo su pedido tranquilamente, como si ella estuviese a su disposición y no tuviera nada más que hacer. 

 Por supuesto que Shuhua no tenía nada que hacer, pero ese no era el caso. 

 —¿Qué vas a pedir tú? —Le preguntó Soojin, con una confianza propia de buenas amigas. 

 —Nada. —Shuhua respondió mordazmente. —Dijiste que querías hablar y aún no has hablado. Si lo que en realidad querías era un café, lo hubieras especificado. 

Tanto Shuhua como Soojin tenían el irracional deseo de gruñirse. Soojin porque odiaba la falta de modales de la menor, a demás de que la dejaba intranquila con ciertas cosas que había notado, y Shuhua porque odiaba las conductas de la alfa. No es que tuviera algo en contra de los y las alfas en sí, simplemente le desagradaba que todo el tiempo quisieran demostrar confianza y seguridad, la mayoría acaba siendo soberbios, decidiendo por los demás como si solo sus opiniones fueran las que importaran o como si tuvieran lo necesario para rebajar a los demás. 

—Estoy tratando de ser amable. —Dijo Soojin en un tono cortante pero neutral, tratando de mantener la compostura. —Deberías intentarlo alguna vez, es gratis. 

Shuhua puso los ojos en blanco. Odiaba fingir, toda su vida le habían marcado cómo debía actuar, cómo debía comportarse por condición de mujer, edad, o por ser una omega. ¿La gente quería modestia, amabilidad forzada y una cabeza gacha? Que lo buscaran en otro lado, porque ella no estaba en disposición de darselas. 

—Nunca pedí tu amabilidad, ni siquiera sé por qué estoy aquí.

Iba a ponerse de pie para marcharse, pero una tercera persona aclaró su garganta. Dayoung, la empleada que las estaba atendiendo. La chica tenía rasgos muy finos, era la vivida imagen de la dulzura, pero eso no le impidió intimidar a Shuhua con su cara de pocos amigos. Se veía molesta, y aunque era una omega también, la pelinegra supo que no quería irritarla más de lo que ya lo habían hecho.

—No tengo idea de cuál es su problema, ni me interesa, pero ambas están muy susceptibles y aunque no lo crean están interfiriendo con mi trabajo. —Dayoung habló con su voz calma, pero su expresión seguía transmitiendo molestia. —¿Tú no quieres nada? —Preguntó refiriéndose a Shuhua, quién negó tímidamente. —De acuerdo, entonces tomaré tu pedido... —Continuó, esta vez cambiando su mirada hacia Soojin. —Y en lo que vuelvo con tu café, asegúrate de decirle lo que tengas que decirle. 

Dayoung ni siquiera se molestó a esperar una respuesta, se marchó dejando ver su frustración en cada paso que daba hacia la cocina. Tanto Shuhua como Soojin se sintieron avergonzadas, de no haber sido por su reacción ninguna habría notado lo infantiles que estaban siendo. 

—Bien, habla. —Soltó Shuhua, negándose a bajar la guardia con la mayor. 

Esta vez fue el turno de Soojin de poner los ojos en blanco, pero decidió que no caería en las provocaciones de la menor. Ella no debía rebajarse a su nivel, era preferible que actuara como si la conducta de Shuhua no le afectara... Que por cierto, así debía ser. 

—¿Qué tienes con Miyeon? —Fue directo al grano, demasiadas vueltas habían dado ya. 

El rostro de Shuhua gritaba sorpresa, aunque ahora que lo pensaba, no tenía por qué. Recordó que Soojin era amiga de Minnie, lo único que las conectaba era la relación que llevaban sus amigas, sería lógico suponer que si Soojin quería hablar con ella sería para preguntarle algo por Miyeon. ¿Por qué no se le había ocurrido antes? La sorpresa fue reemplazada por temor. ¿Acaso Soojin estaba sospechando algo? Shuhua no estaba muy de acuerdo con la mentira de Miyeon sobre dejar que la gente pensara que era una omega, pero no quería que todo saliera a la luz de una mala manera y su amiga acabara dandóse la cabeza contra la pared. 

—¿Qué te importa? —Dijo la menor, no pudiendo evitar sonar a la defensiva. 

La expresión de Soojin se volvió más sombría, era cómo ver la portada de un libro de terror. No sabías qué había dentro de él, pero tu sexto sentido te advertía que no sería agradable. El corazón de Shuhua comenzó a latir con fuerza, por primera vez se arrepintió de no haber tratado a la mayor con la amabilidad que esta pedía. 

—Me importa porque cuido a los míos, Shuhua. Y Minnie es mi mejor amiga. —Su voz solo atormentaba más a la menor, era inquietante toda la irritación que transmitía. —Te he visto con Miyeon, y no me gustó lo que vi. 

El temor de Shuhua se aligero un poco, al menos ahora sabía que Soojin no sospechaba sobre el secreto de Miyeon. Quiso reírse de sí misma, por supuesto que Soojin pensaba que ella estaba con Miyeon, casi todos en la universidad lo hacían.

—Eres patética. —Dijo con un enojo que no sentía; sabía que más tarde se arrepentiría de esto, pero ahora no veía otra salida. —Miyeon también es mi mejor amiga, es como mi hermana mayor que nunca tuve. ¿No es obvio, considerando que ambas somos omegas?

Shuhua no quería seguir la mentira de Miyeon, demasiado ayudaba ya ''prestandole'' su aroma. Pero la mentira ya existía, y ella era leal por defecto. Si la castaña necesitaba ayuda se la daría, incluso si eso significaba que debía hacer cosas que no le gustaban. 

La expresión de Soojin se suavizó, solo un poco. Ahora solo se veía neutra, casi inexpresiva, pero Shuhua pudo notar un destello de vergüenza.  La menor sonrió con satisfacción, no sabía por qué se sentía tan bien, pero era gratificante saber que había conseguido callar a Soojin. 

—Como sea... —Shuhua agregó sin disimular su repentino buen humor, poniéndose de pie. —Creo que ya no tengo nada que hacer aquí, así que te dejo beber tu café. 

No esperó a que Soojin respondiera, tan pronto como dijo la última palabra se encaminó hacia la salida. La mayor la observó atónica hasta que abandonó el lugar, preguntándose qué acababa de suceder.

—A tu novia claramente no le gusta el tono que usas con ella. —Dijo Dayoung de repente, sobresaltando a Soojin. La omega ya había traído su café con el aperitivo que había ordenado. —Deberías dejar de estar tan a la defensiva si no quieres perderla. 

Soojin se cuestionó de donde sacaba Dayoung la confianza para decir las cosas, no era como si ellas se conocieran en realidad, sólo sabía su nombre gracias a la placa de su uniforme. La rubia se veía muy relajada con su comportamiento, tal vez verla discutir con Shuhua le dio la confianza se opinar tan libremente. Aunque claro, ésta había malinterpretado las cosas. Aún así Soojin no dijo nada, no se molestó en aclararle que la omega era solo su compañera, así que Dayoung no agregó nada más y se retiró tan pronto como le dejó el pedido en la mesa.

Por error.   ♡ ˗ˏˋ MiMinWhere stories live. Discover now