capítulo dos.

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—Creo que hice algo estúpido. —Miyeon pensó en voz alta, su vista fija y concentrada en el camino mientras conducía. A su lado iba Shuhua, la menor se había descalzado y había apoyado los pies en el asiento. Miyeon había optado por no decirle nada, dado que al menos, esta vez, la omega le había hecho caso en usar el cinturón de seguridad.

—¿Qué hiciste esta vez, unnie? —Shuhua preguntó sin demasiado interés mientras miraba sus uñas. ¿Cómo podían tener tanta mugre estando tan cortas? Tal vez debería pintarlas...

—Le coquetee a Minnie.

Shuhua la miró, Miyeon no había despegado la vista del camino, lo que menos necesitaba era distraerse y provocar un choque. Aún así, podía sentir a Shuhua mirándola con sus ojos más abiertos y una expresión de incredulidad.

—¡¿Qué hiciste qué?! —Miyeon suspiró exasperada, sabiendo que su amiga tenía toda la razón en reaccionar cómo lo estaba haciendo. —¡Unnie, ella es una alfa!

—Ya sé... —Miyeon susurró desganada. —Pero es muy bonita.

Shuhua puso los ojos en blanco, no entendiendo que pasaba por la cabeza de su amiga. Miyeon bien podría tener a la o el omega que quisiera.

—No solo es estúpido, unnie. También es cruel. —Dijo la menor con la seriedad que la caracterizaba. —¿Qué piensas hacer cuando quiera emparejarse? Seguro piensa que eres una omega.

Miyeon rió por lo bajo pese a que las palabras de Shuhua la estaban carcomiendo con la culpa. Aún le daba algo de gracia como la pelinegra, siendo una omega, usaba la palabra despectivamente.

—Extraño tu olor. —Dijo en su lugar, no queriendo seguir con la conversación anterior.

—Yo lo detesto, demasiado que lo aguante todo el día por ti. —Habló en un tono de reproche al mismo tiempo que se cruzaba de brazos. Pese a haberse echado bastante colonia seguía sintiendo su propio olor a fresas; no ayudaba que su olor se hubiera impregnado en Miyeon.

—Sigo sin entender por qué no te gusta, es tan dulce y...

—Odio las fresas. —Interrumpió la menor. —Es como si tu olieras a.... No sé, tabaco o algo que no te guste.

Miyeon volvió a reír sin maldad. Nunca lo había hablado directamente con su amiga, pero sospechaba que Shuhua se sentía acomplejada con su situación de omega. Si bien ella no era el mejor ejemplo de alfa, no le disgustaba ser una pese a cumplir más con los estándares de omega. Sin embargo Shuhua parecía odiar todo lo que implicaba ser una omega, ella realmente lo padecía incluso si esas cosas que odiaba no las cumplían. Como la falsa creencia de que los omegas eran damiselas en apuro; Shuhua era capaz de proteger a toda una manada de alfas, Miyeon no conocía a nadie más fuerte y protectora que ella.

—Si dejas de echarte esa horrible colonia, voy a dejar de abrazarte. —Trató de negociar.

Shuhua bufó. —No me molesta que me abraces. Me molesta que lo hagas muy seguido y delante de todos, unnie tonta.

—¿Tienes miedo de que piensen que soy tu alfa? —Preguntó con diversión y un deje de burla.

—No; odio las muestras de afecto en público y punto. Me avergüenzan. —Explicó Shuhua con simpleza, a diferencia de Miyeon ella tendía a ser directa hasta el cansancio. —A demás, ahora todos creen que yo soy la que anda detrás de ti y no te deja nunca sola.

Miró a su amiga por un segundo, dedicándole una de sus sonrisas antes de acariciar su mejilla ya con la vista de nuevo en el camino. Shuhua no le devolvió el cariño, pero tampoco la apartó.

Por error.   ♡ ˗ˏˋ MiMinWhere stories live. Discover now