♥️♡+:。.。¿Bipolar o Tsundere?。.。:+♡♥️

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Los trillizos jugaban juntos mientras que sus padres continuaban la discusión en la sala.
Atsushi amaba los peluches, sobretodo su tigre blanco que mami Chūya le compró. Quería que Ryū se uniera al juego, pero el azabache estaba muy entretenido rayando unas paredes con plumones.

— ¡Dyū! ¿Ju-egash?

Invitaba el albino, Karma tomó a un zorrito de peluche para unirse al juego de su hermano.

— No.

Contestó Ryūnosuke sin dejar de hacer lo que estaba haciendo. Tiró un plumón al suelo, y tomó otro, para seguir dibujando sus obras de arte.

Karma se sintió atraído por los dibujos de Ryū, así que abandonó en el juego a Atsushi, y consiguió plumones para hacer su arte en los muebles.

Atsushi sonrió y junto a su tigre de peluche, tomó un rollo de vendas de Dazai para hacer sus dibujitos. Estaba emocionado, Ryū y Karma se unieron a él, dejando las vendas con múltiples garabatos hasta quedarse dormidos.

— ¡¡¿PERO QUÉ DEMONIOS PASÓ AQUÍ?!! ¡¡ESTO.... MIS VENDAJES!!

Rápidamente corrió hacia el lugar, juntando su antes rollo de vendas. A su lado, los causantes de todo y sus obras de arte en las cuatro paredes de la habitación. Cayó de rodillas al suelo, muy molesto, con un semblante que daba miedo.

Chūya ya no creía mucho en Dazai. Tenía más de dos años conociéndolo como para saber que era sólo amenazas y poca acción. Le temía, sí, pero así como era aterrador, podía ser bastante agradable. Nunca esperó que llegara a tanto.

— S-Supongo que dejaste los plumones al alcance de los niños, Dazai... Pero eso tiene arreglo, puedo pintar las paredes mañana, si así lo deseas...

Decía para tranquilizar las cosas. Se acercó lentamente al castaño y posó ambas manos en los hombros del mismo, para animarlo.

— No hace falta, Chūya. El otro día, Karma me vomitó en la camiseta, escupió la papilla que le dí, hizo orines mientras le cambiaba el pañal, y lloró mucho cuando te fuiste; Ryū me ignora diariamente, es muy raro, no tiene cejas, no es de muchas palabras; y Atsushi-kun es bastante ruidoso y me molestan sus juegos tontos. Debo tomar nuevas medidas...

Dijo desahogandosé, encogido de hombros.

Chūya rodeó su cuello con ambos brazos, cumpliendo cómo el buen esposo que era. Pero cosas como esa, eran nada valoradas por Dazai o es lo que quería aparentar.

El médico apreciaba al mafioso aun cuando éste le ha hecho pasar por muchas cosas horribles. Se preocupaba por él, por su bienestar, sabía que en el fondo no podía ser tan roca como aparentaba. Chūya amaba a Dazai.

— Son unos niños pequeños. Es normal que sean muy traviesos.

Tomó asiento al lado de Dazai, observando con ternura y con una sonrisa a sus tres traviesos bebés. De manera romántica, recargó su cabeza en uno de los hombros del contrario, incomodando un poco a Dazai.

— Sólo míralos, Dazai. ¿Puedes tomar medidas severas contra ellos? Son nuestros pequeños...

Extrañamente, el corazón de Dazai se aceleró, se sentía nervioso por primera vez con la cercanía de Chūya.

— Chu-Chūya... Me sofocas.

Iba a alejarse un poco, pero recibió un tierno beso en una de sus mejillas. Se sonrojó.

— Dazai, creo que me he enamorado de tí...

Esto último lo tornó completamente rojo. Nunca esperó una confesión tan directa de parte de la persona que tenía como esclavo en su casa. Se suponía que Chūya no debía enamorarse de él, sino, traumarse, tenerle miedo. Se sentía decepcionado de sí mismo.

— N-N-No puedes, Chūya. Digo, fenómeno, rata de laboratorio, experimento de científicos locos... Yo soy malo, terriblemente malo. Te he dañado muchas veces y de cualquier manera. Yo te compré, te consideré un objeto, algo no humano, te casé conmigo, abusé de tí, te golpeé una única vez cuando estabas en embarazo, te dejé solo, te abandoné  embarazado en el patio en una tormenta eléctrica. ¿C-Cómo puedes enamorarte de un monstruo como yo?

Titubeaba apenado.

Chūya sonrió, y se separó de él un momento.

— Dejé de ser un sujeto de prueba de experimentos... Pude tenerlo todo y conocer cosas nuevas... Me dejaste terminar la universidad, aunque no me permitas trabajar mucho... Conocí a mis tres pequeños... y descubrí mi nueva razón de vida. Todo gracias a tí...

Sujetó una de las manos de su esposo, entrelazando sus dedos.

Dazai estaba estático, escuchando todo, un par de lágrimas se desbordaron de sus ojos marrones, lágrimas que Chūya no notó.

— Chūya... Yo no soy gay...

Dicho esto, se aproximó a los labios del mencionado, para besarlos con delicadeza, siendo correspondido. Por primera vez, no sentía que Chūya le correspondía por obligación, sino por voluntad propia.

Ese beso se había convertido en su favorito.

Se separaron.

— Claro, no eres ningún gay, Dazai. Te creo.

Fenómeno [Soukoku]Where stories live. Discover now