Sexto Cuadernillo del Valhalla: El principio del infortunio

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-¿Todo salió bien? -le preguntó Nerea a Buda en cuanto él la alcanzó en el pequeño claro a las afueras del Valhalla.

-Dentro de lo que cabe, así es... ¿No quedarás satisfecha con esa respuesta? -le preguntó al ver su gesto contrariado.

-Entiendo que hay cosas que no me puedes decir, pero...

-No hubo pelea -le aseguró sentándose a su lado y poniendo sobre sus rodillas una canasta con chocolates-. Zeus y Odín llegaron a detener todo, yo no estaba solo, algunos peleadores fueron a apoyarme, pero Loki tampoco iba solo... Me voy a enfrentar a alguno de ellos, Bishamonten o Loki, puede que incluso vaya contra ese anciano -comentó mientras depositaba un chocolate sin envoltura en las manos de Nerea.

-Buda... Si todo falla, ¿Qué haremos? -le cuestionó.

Esa pregunta había estado rondando por su cabeza todo el tiempo y la estaba torturando, no solo estaba la posibilidad de que muriera, sino que también podría no volver a ver a su padre, ni siquiera en el Hades.

-Yo no me perdonaría el perderte... Por mi condición como divinidad, la purga de la humanidad no me incluiría, pero estoy seguro de que yo mismo provocaría mi propia muerte después, un mundo sin ti no... Es mejor no pensar en eso, Bun-Bun, antes de lamentarnos, debemos de hacer todo lo que esté a nuestro alcance para proteger nuestras vidas.

-Cuando lo dices suena bastante fácil, pero no lo es, ¿No?

-No -admitió Buda mientras se comía un chocolate, debía de comenzar a prepararse para su combate.

-¿Por qué lo haces? Me refiero a que, si algo sale mal, tú serás castigado por protegerme, ¿Acaso vale...?

-Sí -la interrumpió de golpe Buda-. Tu simple existencia es lo más preciado en mi mundo, te lo repito, aunque con ello desheche mis creencias y cada uno de los pasos que di para alcanzar la iluminación, simplemente no quiero continuar si no es contigo, por eso cualquier cosa vale la pena. Anda, alivia el amargo de tu boca con un poco de dulce y pasemos un tiempo juntos, después de este combate, estoy seguro de que será mi turno, no sé si Loki le dirá a Zeus lo que descubrió, pero de cualquier modo, a lo que vi de la pelea, los humanos siguen sorprendiendo a aquellos patéticos dioses -le informó, haciendo que Nerea sonriera.

-Sonaste como mi padre -observó ella, Buda la miró con una sonrisa un tanto irónica.

-¿Se supone que eso es un cumplido?

-No lo sé -admitió ella riendo un poco-. Solo que ya veo por qué mi padre confió en ti, ambos tienen cierto ideal de cómo es un dios y reconocen que no todos merecen la alabanza que conlleva el título, van solos y casi nunca piden ayuda, solo si la situación los supera o si aquellos que les importan están en peligro... Supongo que dicho así, sí lo dije como un cumplido.

-Ya lo veo... Debo de admitir que, de entre los dioses, tu padre no me desagrada tanto.

-¿Qué?

-Es la verdad, cuando era humano noté que los dioses no sabían guiar a los humanos, por eso yo ocupe ese cargo y cuando ascendí a divinidad confirme que ni siquiera les interesaba, en el caso de Poseidón no podía culparlo, la religión griega fue desplazada, pero mientras mandó, aunque gobernaba el océano como un tirano, no era así con los humanos, prueba de ello que tomó a tu madre como esposa y todo lo que hizo para defender a su familia, aunque no solo es eso, yo lo notaba, procuraba mareas agradables y alejaba a los humanos del peligro, enseñándoles rutas seguras y a navegar por sus dominios, aunque castigaba a aquellos irreverentes que le faltaban el respeto al mar, pero nunca se excedió, sin embargo, por el rumor que Zeus hizo correr, sobre que asesinó a tu tío, todos le temieron y después de ver qué tan lejos podía llegar si le provocaban, nadie quiso meterse con él, pero yo no veo a ese tirano... Nadie tan cruel pudo haber tenido una hija como tú, aún con la influencia de tu madre, estoy seguro de que él tuvo mucha relevancia en tu carácter.

La batalla por el Olimpo (Continuación de La Tempestad de un Corazón Roto) SNVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora