77 Posada de cadáveres (I)

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Aunque Xuan Min ya lo había ayudado antes, tal vez era por las restricciones de las monedas de cobre que aún no se habían levantado o tal vez era por la pérdida de la memoria, pero la habilidad que había mostrado anteriormente no era suficiente para impresionar a Xue Xian, a lo sumo admitía que podía ser considerado como una persona asombrosa entre los mortales.

La última vez, en la aldea Wen, Xuan Min también le había ayudado a estabilizar el suelo mientras desenterraba su hueso y, aunque su energía espiritual había sido mucho más poderosa que antes, Xuan Min había terminado con la mano herida. Toda la atención de Xue Xian se había enfocado en esas heridas y realmente no se había molestado en pensar en otra cosa.

Sin embargo, esta ocasión había sido diferente, era obvio que iba a ser mucho más difícil recuperar el hueso que estaba enterrado en esta montaña y los tremores que la fuerza de Xue Xian habían causado eran mucho más severos, pero Xuan Min había sido capaz de controlar los tremores y el hueso al mismo tiempo, además de tomar la mano de Xue Xian y prestarle energía espiritual.

Juzgando por las consecuencias en la aldea Wen, en este caso, ni hablar de que surgieran heridas en su mano, no sería una exageración suponer que toda su mano tendría que haber quedado inútil, pero Xuan Min estaba indemne e incluso actuó sin mostrar el más mínimo esfuerzo.

Después de comparar las situaciones, era realmente extraño.

No había muchas personas que pudieran ayudarlo y había muchas menos que pudieran ayudarlo de esta manera. Además, si realmente estaba relacionado con la restricción de las monedas de cobre, eso sería incluso más sorprendente. Después de todo, había un total de cinco monedas y si, ahora que se había roto la prohibición en tres de esas monedas, Xuan Min tenía tanta fuerza, cuando le quitara la prohibición a las cinco, su fuerza sería casi inconmensurable.

Sin embargo, Xue Xian no había pensado mucho en eso, pero ahora sentía una verdadera curiosidad, por lo que le preguntó con delicadeza.

Xuan Min frunció el ceño y dijo. "En realidad, yo también tengo muchas dudas respecto a eso, pero la memoria que he recuperado aún no es suficiente para explicarlo."

Conforme hablaba, levantó los ojos para mirar a Xue Xian y se quedó mirando en las profundidades de sus ojos como rara vez lo hacía. "Si recuerdo la razón, te la diré con franqueza."

Esta respuesta era tanto esperada como inesperada.

Juzgando por las conversaciones anteriores, Xue Xian sabía que Xuan Min no era una persona que se andaría por las ramas o se escondería, no sabía cómo trataba a otras personas, pero cuando interactuaba con Xue Xian, siempre era franco y casi sin reservas.

Por lo que cuando Xue Xian le hizo la pregunta, casi esperaba esta respuesta. Lo que le había sorprendido un poco fue la mirada y el tono de voz de Xuan Min, lo que era diferente a las conversaciones anteriores era que esta vez parecía tener un significado particularmente solemne.

Xue Xian se había quedado un poco aturdido por la mirada de Xuan Min y, por alguna razón desconocida, por un momento, incluso sintió que su temperamento desdeñoso no iba a poder soportar el denso pensó de esa mirada y por un instante incluso se olvidó de responderle.

Por lo que, después de quedarse pasmado por un rato, rápidamente abrió los ojos exageradamente y agitó las manos descuidadamente. "Está bien, no te lo tomes muy enserio, sólo sentía un poco de curiosidad."

Antes de que tuviera tiempo de pensar en eso, agarró las monedas de cobre y se dio la vuelta apresuradamente para caminar hacía el árbol viejo, se acomodó sobre una rama y comenzó a conectar los nuevos fragmentos de hueso que había recuperado.

-Monedas de Cobre- Libro 5 Sin ArrepentimientosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora