89 Río de sangre (III)

145 41 15
                                    

Había perdido un poco de sangre y sentía que también se había llevado un poco de su calor corporal. Empezó a sentir escalofríos y su visión se volvió borrosa, su cabeza estaba dando vueltas, al mismo tiempo sintió que su cuello se debilitaba y era incapaz de seguir soportando su cabeza.

En un pánico casi aturdidor, de pronto pensó en muchas, muchas cosas, ideas fragmentadas e incoherentes.

Pensó en las personas que habían crecido en las montañas con él y que ahora estaban pereciendo igual que él.

Recordó la primera vez que había visto al Maestro Nacional, en ese momento aún era un niño y no sabía nada, mucho menos cualquier cosa asociada al Maestro Nacional. Simplemente se había escapado de la montaña sin permiso del brujo Song Yun, había ido a ver una de las procesiones ceremoniales que estaba de paso en la ciudad y había logrado ver al Maestro Nacional. Ese día había tantas personas, pero nadie se atrevía a acercarse mucho, había tenido que forcejear entre el mar de gente para encontrar un buen lugar para observar, pero una persona lo había golpeado accidentalmente con el codo, perdió el equilibrio y se cruzó en el camino de la procesión. Cuando estaba a punto de caer, sólo sintió que una brisa pasaba enfrente de él, con un viento que lo acarició suavemente y le ayudó a recuperar el equilibrio.

Siendo tan joven, ni siquiera se había dado cuenta de que había sucedido, una vez que se recuperó del aturdimiento, ya estaba parado firmemente a un costado del camino y cuando levantó la mirada asombrado, la procesión ya había salido de la vista desde hacía tiempo, pero aun así había visto al monje vestido de blanco montando un caballo alto...

Este recuerdo era de mucho tiempo atrás, tan antiguo que pensaba que lo había olvidado, pero lo había vuelto a recordar en este momento.

Resultaba que siendo tan joven, no le temía tanto al Maestro Nacional como ahora, e incluso lo veneraba un poco. Sin embargo, ahora que lo veía, lo único que sentía era miedo y aprehensión...

Él se había sometido a las enseñanzas de Song Yun y, con un grupo de compañeros, había cumplido varias órdenes secretas por muchos años y ya no podía recordar cuantas cosas había hecho. Al principio, había visto otras vidas pasar de largo y se sentía demasiado culpable y asustado, por lo que le había preguntado a Song Yun cuál era la razón de todas esas acciones.

Song Yun le había dicho que todo lo que hacían era para ayudar a las personas comunes. Todas las preparaciones eran para crear una formación de batalla inmensa, llamada Hueso enterrado en Jiangshan y, si lograban armarla, no sólo prevendría una catástrofe vaticinada sino que también protegería las montañas y ríos de Chang'an por un siglo.

Estas cosas eran demasiado complicadas para él y Song Yun nunca se las enseñó, él no sabía en lo absoluto cómo controlar una formación tan inmensa. Sólo recordaba una oración que escuchó de Song Yun una y otra vez desde que era niño, para que algunas cosas increíbles se logren, es indispensable hacer pequeños sacrificios.

Eso podía entenderlo, por eso lo había mantenido en su mente por muchos años.

Hasta el día de hoy, hasta que veía la sangre drenando su vida, parecía que sólo había pasado un parpadeo entre que nació y su muerte, un intenso miedo envolvió su cabeza y de pronto se sintió completamente confundido.

De repente sentía que esa oración estaba equivocada y que se había perdido muchas cosas, al menos... al menos debió preguntarles a esas personas si estaban dispuestas a sacrificarse.

Después de otro forcejeo moribundo inútil, en su confusión, sintió que en realidad la oración era correcta, es sólo que...

De pronto se sentía un poco dudoso, con este Maestro Nacional extremadamente indiferente, ¿realmente le importaba si las personas estaban participando involuntariamente? Las casi doscientas personas moribundas aquí, los cadáveres al fondo del lago y muchísimas más personas que habían sido involucradas en esto, ¿realmente merecían la muerte? ¿Realmente era inevitable...

-Monedas de Cobre- Libro 5 Sin ArrepentimientosWhere stories live. Discover now