CAPÍTULO 9.

575 72 25
                                    

Finalmente había llegado la tarde, y las clases de ese día habían acabado.

El joven, Niebieski, que estaba profundamente hundido en sus pensamientos, caminaba tranquilamente, y, a la vez perspicaz por las transcurridas calles de la ciudad de Vale. Estaba sin su uniforme escolar. Hasta el momento todo transcurría bien, sin ningún problema.

Los autos iban y venían, mientras que los transeúntes, ya sea faunos o humanos, paseaban, no en una pacífica convivencia, ya que, en algunos lugares, se podía ver a faunos siendo humillados o insultados por humanos. Algo que a Niebieski no le agradaba, cada vez que pasaba cerca de una de esas escenas, odiaba el trato que le daban a los faunos.

Pero él no podía intervenir, ¿tenía que intervenir? esos asuntos a él no le incumbían; cada quien debía cuidarse por su propia cuenta.

Muchos puestos, o establecimientos estaban abiertos, atendiendo a sus clientes. De resto, nada era diferente que a las otras ciudades de Remanente.

Cada vez que Niebieski cruzaba una calle, revisaba las ventanas, los lugares en donde podría estar un tirador que quisiera reclamar su cabeza. Puede que parezca paranoico, pero en su oficio, todo peligro puede estar presenta a la vuelta de la esquina.

El joven Niebieski, que hasta el momento seguía revisando su crol para saber correctamente la dirección del lugar a la que actualmente se dirigía.

—Jeje, suerte que me escape de la Academia Beacon sin que nadie se enterara —reía Niebieski, contento de haberse escapado de la escuela.

Pero lo que no sabía era que el director Ozpin había sabido de su fuga, y un castigo estaba preparado para cuando Niebieski se dignara a regresar a la escuela. No solo eso, en lo alto de un edificio, estaba posado un cuervo, observando todo lo que hacia la persona a la que estaba siguiendo. A simple vista, este cuervo es igual que los otros, pero este esconde un secreto, o una peculiar identidad.

«Oz, espero que sepas en lo que te has metido. Si veo que hace algo hostil, lo eliminare inmediatamente» pensó Qrow.

Por un momento, un corto momento, Niebieski y aquel extraño cuervo hicieron contacto visual. Pero Nie, como no ve nada de extraño, lo ignora.

—Este lugar es tan aburrido... Solo faltan unas cuadras más para llegar a mi destino —pensó el chico para ver la hora en su scroll, —Son las tres de la tarde... aún es temprano.

«Ya quiero terminar, me quiero ir de esta ciudad lo más pronto posible. Estoy harto de esa vida escolar, y ya me aburrí de estar fingiendo cada día... Aquellas niñas sí que son desesperante, cuanto quisiera patearles el trasero para que me dejaran en paz, ¡Maldición! No aguanto esto» pensó Niebieski, con clara frustración y disgusto.

Él, había estado fingiendo toda una semana, tenía que comportarse como un profesional en su trabajo, pero esta incómoda situación lo estaba agobiando. Deseaba con todo su ser que acabara ya su tortura, y peor aún, seguían si contactarse con él, por eso estaba de mal humor.

Sin darse cuenta, llega a su destino, levanta la vista y ve el letrero de la tienda, o más bien, de la librería.

Abrió la puerta con suma cautela, lo primero que vio fue, si, muchos libros. Todo en orden, nada estaba mal, pero, ¿Dónde estaba el tendero? Sin pensarlo mucho, decidió entrar. Como no tenía armas consigo, si se presentaba algo inesperado, tendría que defenderse con lo primero que encontrara.

Niebieski se acerca al mostrador, aun con cautela, como no ve al propietario del lugar, decide tocar la campanita de la mesa para llamar.

—¡Ya voy! —se escucha la voz del propietario detrás de la puerta del mostrador.

DE MERCENARIO A CAZADOR - RWBY: Volumen 01 y 02Donde viven las historias. Descúbrelo ahora