II. Ironía.

2K 247 73
                                    

Hobi respiró hondo antes de servirle más soju a su amigo y ver tomárselo de un golpe.

—TaeTae, más lento, ¿sí? —le pidió con voz calmada—. No has comido nada desde la mañana y te puede dar ingestión.

—Me dará una cruda fuerte, nada más —replicó el Omega mientras pedía otro trago. Hobi lo miró dudoso, pero terminó cediendo.

El alcohol raspó su garganta de una manera ardiente y se asentó de golpe en su estómago, sintiéndose lleno y al mismo tiempo vacío. Volvió a quejarse y dejó caer la cabeza en la mesa de café pequeña.

Jungkook miró al Beta frente a él y luego a su amigo, intentando soltar feromonas de calma para ayudar a Taehyung, pero él parecía inmune a todo en esos momentos.

Estaban sentados en la sala, dos botellas de soju vacías y bolsas de botana repartidas por toda la mesa y parte del suelo, varias latas de cerveza también vacías y tiradas en una bolsa que Hobi había traído cuando cambiaron a tomar soju.

Taehyung había entrado al departamento llorando y con dos bolsas gigantes aferradas a sus manos. No había dicho nada, solo lloraba y tomaba, maldiciendo a su familia y el ser un Omega. Hobi no tuvo que preguntar mucho para saber que efectivamente la cena había sido todo un fracaso. Jungkook había llegado una hora antes que Taehyung, habiendo sido advertido por el Beta que el menor visitó a su familia y no tenía un buen presentimiento de todo esto.

Hobi no se había equivocado del todo, si veían la figura derrotada de su amigo y sus ojos llenos de lágrimas.

Llevaban horas sentados en la sala, sus piernas estaban adoloridas y sus ojos pesaban, pero no querían dejar al menor solo. Menos cuando se veía tan afectado y destrozado.

— ¿Nos dirás que pasó en esa cena, TaeTae? —volvió a pedirle Hobi con voz suave y reconfortante, intentando que su amigo al fin hablara y dejara de tomar tanto. Era una suerte que tuvieran descanso al día siguiente porque no se veía con la fuerza suficiente de levantarse temprano.

Taehyung dejó escapar unas lágrimas calientes y furiosas, aspirando aire por la nariz y bufando mientras volvía a tomar otro vaso de soju. Hobi suspiró otra vez y abrió la cuarta botella de soju, sirviéndole a su amigo sin siquiera decir más.

Pero Taehyung no lo tomó. Se quedó observando el líquido transparente, moviéndolo en un estado pensativo y ensimismado.

—Tengo que casarme antes de acabar este año —dijo de repente, con voz apagada y triste.

Hobi casi se ahoga en su propio trago mientras Jungkook escupió el soju y tosía con fuerza. Ambos hombres se miraron incrédulos antes de volver a mirar a su amigo, que tenía la cabeza otra vez recostada en la mesa.

— ¿Por qué? —preguntó casi temeroso Jungkook, tragando saliva sobre su garganta lastimada.

—Porque viene en una tonta cláusula del tonto testamento de mi abuelo.

— ¿Tu abuelo fallecido indicó que tienes que casarte antes que acabe el año? —fue imposible para Hobi no alzar la voz, tenso y confundido.

Taehyung solo asintió.

— ¡Pero tu abuelo era de los únicos en tu familia que no quería que te casaras solo por ser un Omega! —replicó Jungkook indignado.

—Bueno, parece que al final pensó que siempre sí debía casarme —el Omega suspiró derrotado, alzando la cabeza de la mesa y volviendo a llenar su vaso hasta casi desbordarlo.

Jungkook y Hobi compartieron miradas preocupadas, sin entender cómo el abuelo de Taehyung había terminado por obligarlo a hacer algo en su muerte que en vida él siempre refutó.

A (Un) Married StoryWhere stories live. Discover now