XXIII. Tiempo.

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A la mañana siguiente, Taehyung se fue solo al trabajo, despertando por primera vez antes que Jimin y sin responder sus llamadas cuando llegó a la editorial. Gracias a la discreción de la policía, nadie se enteró del arresto de Taehyung más que sus amigos y Yu-Ri.

Jin supo que algo iba mal en cuanto vio a su primo tan temprano en su cubículo, serio y con audífonos, trabajando rápidamente y sin mirar a nadie. No aceptó su invitación a almorzar y aunque fue con Jungkook a comer, el Omega menor le comentó a su vuelta que ignoró su celular en todo momento y comió en silencio.

Y cuando Taehyung se fue una hora antes de vuelta a su departamento, sin esperar a Jimin como lo estuvo haciendo las semanas pasadas, supo que su amigo estaba en grandes problemas, por eso subió a verlo junto a Jungkook, aprovechando que también habían terminado su trabajo antes.

Yu-Ri los miró con una sonrisa cansada cuando los vio salir del elevador, señalando con ademán de cabeza hacia la oficina del Alfa.

—Es un pésimo día —les advirtió a los Omegas.

— ¿Juntas? —preguntó Jin.

—No, no ha visto a Taehyung-ah en todo el día y anda como fiera enjaulada.

Jin y Jungkook se miraron entre preocupados y serios, confirmando sus sospechas.

—Está bien, Yu-Ri, lo trataremos con cuidado —le confió Jungkook antes de entrar ambos a la oficina.

Jimin estaba en el escritorio, leyendo unos papeles con el ceño fruncido y evidentemente frustrado. Alzó la mirada ilusionado al escuchar la puerta abrirse y volvió a fruncir el ceño al ver a sus amigos.

—Son ustedes —dijo casi en un suspiro.

—Qué alegre te ves, Jimin-ssi —se le escapó a Jungkook decirle, ganándose una mirada muy seria del Alfa.

—No me provoques, no estoy de humor, niño.

—Me imagino por qué —Jin fue a sentarse a una de las sillas enfrente del escritorio, recargándose y cruzando las piernas con elegancia, Jungkook lo imitó pero se sentó más recto, mirando fijamente a Jimin.

—Pelearon anoche tú y Taehyung, ¿no? —afirmó más que preguntó Jungkook. Jin asintió despacio, viendo la forma en que Jimin dejó caer sus hombros y se echó hacia atrás en su silla, pasándose una mano por todo el rostro para acabar en su nuca.

—No entiendo por qué —admitió en un suspiro agotado—. No sé en qué momento todo se enredó y Taehyung se enojó conmigo... Hasta durmió en otra cama, ¿pueden creerlo?

—Sí —dijeron ambos Omegas al mismo tiempo. Jimin hizo un pequeño puchero con sus labios.

—Taehyung es... —empezó Jungkook, dudando en encontrar la palabra adecuada para describirlo—, muy explosivo cuando se enoja.

Jin echó la cabeza atrás y se rió con ganas.

—Los Kim son de temer cuando se enojan o te malentienden, lo debes tener muy claro desde hace años, ¿no, Jimin?

—Es que ni siquiera dije algo que pudiera malinterpretarse...

—Bueno... No estoy de acuerdo —Jungkook cruzó sus piernas sobre los tobillos con cuidado y una mano descansó en su estómago al reclinarse en el asiento.

— ¿Por qué?

—Técnicamente le estabas diciendo que debió decirte con quién peleó en ese baño como si fuera un niño chiquito, Jimin. Para nosotros no fue algo importante, estamos acostumbrados de recibir ese tipo de críticas o enfrentamientos.

A (Un) Married StoryWhere stories live. Discover now