XIII. Sin nada en medio.

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Para cuando Jimin llegó a su departamento, eran cerca de las once de la noche. Se sentía cansado y hambriento, no quería cocinar así que tendría que pedir algo rápido a domicilio y bañarse mientras tanto, también tendría que lavar los trastes de la mañana. Oh, y le faltaba la ropa sucia... Esta semana le tocaba a él.

El domingo después de su boda, Taehyung y él decidieron que lo mejor era tener ciertas reglas para tener una mejor convivencia. Entre ellas, estaba el horario de usar el baño, la televisión y la lavadora. El centro de lavado estaba en la parte de abajo del edificio, y cada departamento tenía sus días correspondientes para que no se amontonaran y todos pudieran lavar a tiempo. Los jueves le tocaba a Jimin y tenía hasta las 11 de la noche para usar la lavadora.

Habían decidido que una semana le tocaba a Taehyung y otra a Jimin, y fue Taehyung quien sugirió hacer la colada de ambos para que no se viera tan extraño ante los vecinos. La primera semana le tocó a Jimin y se encontró con algunas sorpresas, como que Taehyung a veces usaba panties y le gustaba mucho la ropa interior de color negro y amarillo. También que usaban la misma talla pero al Omega todo se le veía más grande, excepto en los pantalones, esos eran dos tallas más pequeñas que las de él.

Tal vez Jimin se veía como un Alfa delgado y débil, pero era más fuerte de lo que creían y tenía el cuerpo mejor trabajado que muchos Alfas que conocía, tenía una complexión delicada pero no era para nada alguien suave, tenía hombros y muslos anchos, una cintura pequeña pero una espalda marcada, al igual que su abdomen y piernas. Le gustaba hacer ejercicio y le gustaba la facilidad con que sus músculos se marcaban gracias a sus genes de Alfa. Era un poco más alto que Taehyung por unos siete centímetros, tal vez ocho.

Pero Taehyung era más delicado que él, era de piel suave, con muslos delgados y caderas anchas, su piel era una combinación aceitunada y pálida, pareciendo más oro que nada. Era esbelto pero le sorprendía lo fuerte que era. Y debía admitir que era demasiado precioso para su propio bien.

El Omega le había llamado la atención desde la boda de Jin y Namjoon, cuando lo vio en ese vestido verde de lunares blancos y tul. Había visto a Omegas, e inclusive Betas, en vestidos o ropa más femenina, pero jamás ninguna persona le había quitado el aliento como Kim Taehyung. Se había visto tan etéreo y delicado, y había querido bailar con él pero la prima de Jin se interpuso en su camino y cuando estuvo libre, Taehyung ya se había ido.

Y cuando lo vio en la boda de Yoongi, pensó que sería su nueva oportunidad, pero decidió jugar a ser un imbécil y lo terminó ofendiendo. Aunque Taehyung también lo ofendió, así que terminaron siendo enemigos jurados a pesar de tener un gran grupo de amigos en común.

Y ahora un matrimonio... ¿Seguía siendo su enemigo o ya habían limado esa aspereza?

—Oh, llegaste al fin —escuchó una voz suave desde la sala, alzó la mirada y vio a Taehyung levantarse del sofá largo en un movimiento fluido, mostrando sus largas piernas de paso—. No sabía a qué hora llegarías así que hice la colada de esta semana y preparé la cena, aunque debería volver a calentarla.

Jimin miró a Taehyung en la suave luz de la sala, su piel brillaba con más delicadeza gracias a ella, y su camisa de pijama llevaba los dos primeros botones abiertos. Se veía precioso...

— ¿Hiciste la colada? —preguntó confundido cuando captó las palabras del Omega. Taehyung sonrió más dulcemente—. ¿Por qué? Me tocaba esta semana a mi.

—Lo sé, pero no aparecías y decidí mejor bajar a hacerla cuando dieron las nueve. No quería que llegaras después y no diera tiempo de hacerlo.

—Oh... gracias. Supongo.

—De nada...

Ambos se quedaron callados incómodamente y las palabras de sus amigos resonaron en la mente de Jimin. Miró de nuevo a Taehyung y analizó la situación.

A (Un) Married StoryWhere stories live. Discover now