L. Daylight.

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Taehyung se sentó temblando en el sillón, su celular en manos y volviendo a escuchar el pitido de "número ocupado" de su décima llamada a Jimin en menos de diez minutos.

Aunque se había puesto el suéter de Jimin, que le quedaba igual de grande a él, estaba envuelto en su olor y aún podía olerlo y sentirlo por su lazo, no podía calmarse. Sentía un frío particularmente helado en todo su cuerpo, pero por más que se envolviera en el suéter, no podía entrar en calor.

Volvió a llamar al Alfa pero entró volvía a sonar número ocupado y gritó, aventando el celular a la cama y viéndolo rebotar al suelo. Ni siquiera se preocupó en ir a ver si estaba bien.

Se volvió a envolver en el suéter y escondió el rostro en sus rodillas, intentando respirar hondo y poner algo de calma a su mente.

—La recepción —dijo de repente. Se levantó de un salto y apenas pudo ponerse sus botas y el abrigo de su esposo, que estaba tirado en el mismo lugar que lo dejaron ayer.

No llevaba pantalones, apenas lo suficientemente cubierto por el abrigo. Pero bajó corriendo las escaleras, casi tropezando al llegar a la recepción, eran cerca de las seis y media, una parte de él no esperaba encontrar a nadie pero ahí estaba una Beta hablando con una Alfa, ambas con cafés en manos, riéndose.

—Hola, disculpen, buenos días —jadeó al llegar al mostrador. Ambas se sorprendieron de verlo y podían oler lo estresado que estaba.

— ¿Está todo bien, joven? —preguntó la Alfa de inmediato, poniéndose más recta y en guardia, atenta al Omega frente a ellas.

—Sí. No. No lo sé. Soy, ah, de la habitación 108, ¿han visto a mi esposo? Es un Alfa alto, rubio y delgado, probablemente llevara un abrigo caqui largo.

La Beta ladeó la cabeza un poco mientras que la Alfa negaba con la cabeza.

—Lo siento, acabo de llegar, pero mi compañera probablemente sí.

—Sí lo vi —dijo la Beta, saltando de su asiento de repente—. Ah, entonces es usted. Eh, Mariam, ¿puedes traerme el paquete que te di del conserje?

La Alfa asintió y entró por la puerta donde el primer día esa Omega fue a traer a Héctor.

—Su esposo salió en la mañana, como hace una hora más o menos —siguió explicando la Beta—. Estaba hablando por teléfono y se veía algo enojado...

— ¿Hace una hora?

—Sí, iba con una maleta de mano y me dijo que iría a ver a Héctor.

El corazón de Taehyung cayó.

— ¿Una maleta? —susurró.

—Ajá —dijo sin ver el cambio del Omega—. Me dejó- oh —se interrumpió al sonar el teléfono de la recepción—. Espere un momento.

Taehyung se alejó de ella cuando la Beta empezó a hablar por el teléfono. Estaba como ido. No se dio cuenta que salió de la posada con la Beta tratando de llamar su atención, ni tampoco a la Alfa regresando con una maleta en sus manos, aunque ambas salieron rápidamente tras él, ya no lo vieron en ningún lugar.

.

Probablemente solo fue a ver si el coche ya estaba listo y regresará en un rato, pensó Taehyung mientras iba caminando hacia el taller de Héctor, sin importarle el frío de la madrugada y viendo como lentamente el sol empezaba a iluminar el cielo pero las calles seguían teniendo las luces prendidas, con uno que otra persona empezando a aparecer junto a Taehyung.

Como el pueblo no era tan grande, fue fácil llegar al taller de Héctor, pero estaba cerrado. Taehyung sintió la desesperación empezar a rodearlo de nuevo y se alejó a ciegas del lugar, obviando a donde iba y solo caminando sin rumbo fijo, pero sí sintió el piso terroso al cambiar las calles empedradas por un camino de tierra parecido al del primer día que llegaron y salieron a caminar para que se le bajara la borrachera a Taehyung.

A (Un) Married StoryWhere stories live. Discover now