Cada Tarde

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Siempre me he considerado una persona contracorriente. Amo los lunes, duermo de día y escribo de noche; vivo, quiero decir, para las personas como yo es fácil confundir esas palabras. Esta historia nació uno de esas tardes que a mí me encantan y el resto odia, entre cafés y recuerdos mi pluma ganó valentía escribiendo está pequeña composición como un tatuaje en el alma..., de esos que nadie borra.
¡Disfruten!

Cada Tarde

En mi balcón, como cada día, pensando un poco más en ti de lo que resulta sano para este corazón a prueba de balas. Pensando cómo he cambiado -como me has cambiado-  esta forma tan mía de ver el amor. Te extraño, para qué negarlo, pero la paz que siento al saber que cada segundo es uno menos para volverte a ver sirven de aliciente a mi sonrisa, esa que pocos conocen y tú pusiste de rodillas.


En mi balcón, como cada tarde, llenando las calles, las paredes y las nubes de sueños no cumplidos. Imaginando nuestro próximo encuentro en una esquina cualquiera con la sonrisa de siempre, con las ganas de siempre y el mal chiste de siempre. Sabes pequeña, tengo la manía de críticar las cosas que amo, tu pelo la mayor de ellas. Este café que bebo, por tener algún vicio, me recuerda mucho a ti, a tus ojos quiero decir, y a esa paz que sentí solamente cuando te tuve cerca.

En mi balcón, como siempre que me creo escritor... ya ves, pensando en ti.

Dentro de mi abismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora