Dentro de mi abismo

Creía...Hasta que te conocí.

Una de mis "manías" a la hora de escribir es no mostrárselo a la persona que me inspiró. La idea de que un día cualquiera, tal vez el peor de ellos, esa persona tropiece con esto y puedan sonreír vale toda la espera. Este escrito surgió una noche de insomnio, mis preferidas, tras conocer a ese tipo de personas que no van pisando fuerte pero siempre dejan huella.

Por si algún día me lees, te dedico esta, mi pequeño desastre.

Siempre creí que el amor era ver, tocar, tener. Pero últimamente descubrí cuan equivocado estaba; desde que te conocí has cambiado todo el significado de esa palabra. En esas noches de insomnio descubrí que el amor es encontrar a alguien con quien desprendernos, con quien soltarnos, con quien hacernos pedazos y, sin dolor, reconstruirnos.
El amor es encontrar a alguien con mil heridas y quererlo de mil formas distintas sintiendo su pasado como nuestro. Un lugar donde cantar -mal- las mismas canciones y los pies no se cansan de echar raíces, donde vivimos el hoy sin miedo al mañana sabiendo que pueden venir tormentas porque la vida trata de altas y bajas, pero seguros de que no podemos estar mejor acompañados. Mi conclusión de todo esto es que no quiero ser tu "amor" simple y vacío como toda palabra sin significado.
Quiero ser ese chico que tus amigos vean y sepan que no existe en el mundo nadie mejor para ti. Quiero que la confianza sea tal que cambiemos el "es mi novio" por el "es mi mejor amigo". Quiero ponernos guarros y decir cursilerías las veintiséis horas del día. Sí, quiero sumarle dos horas a todos mis días porque contigo veinticuatro parecen muy pocas. Quiero llamarnos a cualquier hora para contarnos un mal sueño, o simplemente decirnos "te extraño". Quiero mucho, lo sé, pero créeme, cuando quiero de verdad no sólo un día, toda una vida me parecerá poco tiempo contigo.