Prólogo

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Escrito por Chispasrojas

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Algunas noches, me siento y deseo que las estrellas choquen,

que se fragmenten como las gotas de lluvia que se derraman sobre mi piel húmeda,

para así absorber el brillante polvo de estrellas.

Algunas noches, ellas iluminan mi caja torácica,

tan sufrida y saturada,

con esos sentimientos que sólo escapan a través de la luz ingrávida,

de algo tan eterno e inalcanzable.

Como esas noches, que los millones de estrellas que centellan

en el cielo nocturno,

extrañan tu mirada.

Versos del polvo de estrellas


Nada. La inmensidad más hueca y oscura se rozaba a sí misma para liberar una última pluma celeste. Y allí, en el caldo de cultivo celestial, en el lugar más recóndito del universo, una pequeña pluma de luz, delicada, y solitaria, escapó de los billones de estrellas que se insertaban en el firmamento. Ingrávido, ligero, lleno de luz. Unas alas se abrieron con una luz tan plateada como la de su esencial.

La calidez dorada acarició por primera vez a Jeongguk, insuflándose su semilla célica. Sempiterno ante la marea del tiempo, consciente y hermoso. Jeongguk fue el último arcángel de siete, un ser celestial que no conocería otro elemento más que el silencio infinito durante eras. Cientos de seres célicos, como él, eran cultivados y arados como frutas en aquel espacio fértil e invisible de la corteza cósmica.

Jeongguk fue recogido en algún momento inconcreto, aleccionado para que comprendiera sus dones de arcángel y sus especiales capacidades. Los arcángeles ostentaban el rango más alto dentro de la jerarquía impuesta por la Esfera. Y él, tenía seis hermanos mayores que vagaban por algún lado del universo.

Él fue aleccionado por el Primer Arcángel, el más grande. Seokjin le explicó la forma en la que el tiempo transcurría entre los mundos, y las diferencias entre las semillas célicas y las mortales. Todos los seres mortales eran arrastrados como los astros que absorbía la gravedad de un agujero negro. Pero ellos eran eternos, y jamás se vieron afectados por la variante del tiempo. Lo primero que Jeongguk supo sobre la Esfera, fue que la labor del Concejo Célico era la de repartir las tareas y misiones que se les encomendaban a los ángeles. Entre las jerarquías, existían los misioneros, guerreros célicos, los soberanos, los vigías y los luces blancas.

Los luces blancas eran el rango más bajo de los ángeles comunes, el trabajo que nadie deseaba tomar. La mayoría no tenían más remedio que aceptar su cometido, ser asignados a un mortal y materializarse para descender hasta este. Su desempeño era el de servir como guía, custodiar a los nefilim y algunos humanos, así como encargarse de alejar las espesas sombras que en ocasiones predominaban sobre el planeta terrestre.

Ser un luz blanca y custodiar a un mortal, así fuera uno de los descendientes nefilim, les exponía a ciertos peligros de los que no se hablaban en la Esfera. Eran un tabú.

Heavenly ⋆ Kookv [Chispasrojas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora