Capítulo 35

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Capítulo 35

—Y tiene dos hermanas menores —continuó en voz baja, contorneando con el pulgar el párpado inferior de Taehyung.

—Ah, ¿las has visto? —le preguntó él.

—Las conocí hace unas horas. Maara y Rem —dijo el célico—, la sangre nefilim ha salido a relucir en el mayor, pero ellas serán bravas, como la madre. Algo me lo dice.

La punta del pulgar rozó las pestañas oscuras del humano, y luego él ahuecó la mano en su mandíbula para después extender la caricia hacia la nuca, donde enredó los dedos atrayéndole hasta sus desamparados labios. El beso fue dulce e increíblemente suave, como dos mullidos almohadones de plumas rozándose. La respiración de su nariz acarició la del compañero.

Taehyung estaba en sus brazos, por supuesto. Aquel peso cómodo descansaba sobre su pecho y el calor lo acompañaba. Ese alivio lo calentaba más de lo que jamás podría haberlo hecho un edredón y una manta. Habían dejado de discutir, de pelear, de ser sarcásticos y de besarse como si el mundo fuera a arder en llamas mañana. Y ahora, se aferraban uno al otro.

—Quiero conocerle —murmuró Taehyung—, ¿cuándo voy a hacerlo?

—Mnh, ¿dos protegidos en una misma habitación? No sé si estoy preparado para la experiencia.

El castaño rodó los ojos, luego se mordisqueó la lengua juguetonamente.

—Te prometo que me portaré bien —insistió.

—No eres creíble, angelito —bromeó el célico.

—Oh, venga ya — Tae hizo un puchero con los labios y se quejó, justo como él quería—. Si no quieres que le diga que estamos juntos, no lo haré. Sólo quiero ir a ese templo.

A pesar de que el humano era un mocoso pequeño, Jungkook todavía lo encontraba entrañable en esos momentos. No pudo evitar esbozar una amplia sonrisa en esa posición relajada en la que estaban. Con una punzada caprichosa, volvió a atraerle hasta su boca para tener un poco más de él. Las estrellas observaron cómo sus labios se tocaban suavemente, dos almas perdidas formando una galaxia propia.

—Le conocerás en su momento —murmuró Jungkook, y su compañero decidió tomarle la palabra.

—Ahora, dime una cosa —susurró el otro desde arriba, sosteniéndole un lado del rostro.

—¿Sí?

Taehyung se tomó unos segundos para no sonar ridículo, ni celoso, ni obsesivo. Sólo quería, necesitaba, sus células románticas suplicaban por hacerle la pregunta.

—¿A él le llamas ángel o no?

Él se rio con suavidad, haciendo retumbar su pecho. Taehyung se contagió de su sonrisa, mordisqueándose el labio.

—Ya sé que no, pero necesito... marcar territorio... —gruñó juguetonamente.

Los dos se quedaron en silencio justo después, un silencio cómodo. Taehyung le dio un tierno beso que tenía promesas silenciosas, presionando su mejilla y luego en la nariz. Y una vez más, en la mejilla, mientras volvía a acurrucarse entre los brazos y alas. En un mundo ideal, aquello nunca hubiera terminado. Tae tenía miedo de despertar de un sueño insospechado, abrir los ojos y que todo se hiciera añicos frente a él.

Jungkook ladeó la cabeza, y aunque la posición fuera incómoda, le miró pasándole un dedo por el labio inferior, más grueso y rosado, como un trozo de melocotón.

Heavenly ⋆ Kookv [Chispasrojas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora